Crisis industrial

La actividad de Europa se contrae en septiembre y anticipa nuevas caídas

  • Los economía de Alemania y las expectativas empresariales registran el nivel más bajo desde mayo de 2020

  • Los costes sufren el mayor aumento desde junio debido a la inflación de la energía

Un camarero sirve varias raciones de comida en un chiringuito de la Costa del Sol.

Un camarero sirve varias raciones de comida en un chiringuito de la Costa del Sol. / Javier Albiñana

La actividad de la zona euro se contrajo en septiembre por tercer mes consecutivo y de manera más intensa que en meses anteriores, lo que, unido al deterioro de los indicadores de pedidos y expectativas, apunta a mayores descensos de actividad en el futuro.

El índice PMI de la actividad en la zona euro de S&P Global, que ahora integra a IHS Markit, publicado este viernes se situó en 48,2 puntos, siete décimas menos que en agosto y de nuevo por debajo de los 50 puntos que separan el crecimiento de la contracción.

La contracción de septiembre ha sido la más rápida desde enero de 2021 y ha venido impulsada por el sector industrial, que en su cuarto mes consecutivo de descenso de la actividad ha marcado la contracción más rápida desde mayo de 2020.

La actividad del sector servicios también cayó por segundo mes consecutivo, lastrada por la bajada de los viajes, el turismo, el ocio, los servicios inmobiliarios y los seguros.

La actividad económica en Alemania registró en septiembre el nivel más bajo desde mayo de 2020, mientras que Francia mantuvo un ligero aumento gracias a los servicios.

Los pedidos de servicios y productos se reducen intensamente

Por lo que respecta a los indicadores de futuro, los nuevos pedidos de productos y servicios se redujeron "intensamente", en especial en el sector manufacturero, lo que apunta a "una nueva aceleración del declive de la actividad total en octubre".

A pesar de los menores pedidos y de la reducción de los pedidos por completar, que apuntan a un exceso de capacidad con respecto a la demanda, el empleo se mantuvo sin cambios.

En septiembre, las empresas europeas han registrado un alivio frente a la escasez de componentes y una mejora en la logística a pesar de que la falta de componentes y los mercados energéticos todavía restringen la capacidad de producción.

En paralelo, los costes registraron el mayor aumento desde junio debido a la inflación energética y el aumento de los precios pagados, que no pudo compensarse con la mejor situación del suministro de materias primas. Los precios cobrados aumentaron al mayor ritmo desde junio.

En cuanto a las expectativas, los empresarios se mostraron pesimistas con respecto a su actividad para los próximos doce meses, con la confianza en su mínimo desde mayo de 2020, que cae de manera especialmente significativa en Alemania.

Este pesimismo se basa principalmente en la preocupación por los precios energéticos, el efecto de la inflación en la demanda, el aumento de los tipos de interés, la guerra en Ucrania y los problemas en la cadena de suministro.

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