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La jubilación, un plan de futuro que es mejor encarar desde el presente

  • Los españoles suelen atrasar la decisión de ahorrar para su jubilación hasta bien pasados los 40. Sin embargo, los expertos recomiendan empezar cuanto antes para acumular más ahorro

Los planes de pensiones son un colchón esencial cuando llega la edad de jubilarse.

Los planes de pensiones son un colchón esencial cuando llega la edad de jubilarse.

Hay edades para todo. Para viajar, para casarse, para estudiar… Y también para ahorrar en según qué cosas. Según la empresa de asesoramiento Consulae, los 20 años es la edad del ahorro (escaso) para buscar la independencia. Los 30, cuando empieza a ganarse solvencia económica, es sin embargo una etapa ligada a gastos como la compra de la vivienda o el nacimiento del primer hijo, por lo que el ahorro sigue siendo complicado en España. Con los 40 empieza la estabilidad laboral y familiar y es cuando las personas empiezan a pensar en su jubilación como algo mucho más cercano que como se veía diez años antes para que, al fin, lleguen los 50, se terminen de pagar las hipotecas y aumente el interés en la contratación de planes de pensiones.

Los datos dicen que los españoles tienen la fea costumbre de arrimarse a la jubilación cuando más cerca está, y aunque no deja de ser normal por su forma de vida, lo cierto es que todos los expertos recomiendan empezar a planteárselo mucho antes. El 98% de los españoles se muestra “muy preocupado” por la sostenibilidad del sistema público de pensiones -según un estudio realizado por Inverco y Front Query- y sin embargo la mayoría no hace nada para remediarlo. Tres de cada cuatro españoles ahorra con vistas a su jubilación, pero solo dos de cada diez lo hacen de forma continuada. También empiezan tarde: la mayor parte espera a tener bien superados los cuarenta para plantearse un plan de pensiones. La realidad es que el ahorro en la jubilación debe plantearse como un plan a largo plazo para que sea mucho más rentable. Nada mejor que un ejemplo para ilustrarlo: según la calculadora de Banco Sabadell, una aportación anual de 3.000 euros (250 euros al mes) termina acumulando un capital de 134.400 euros si se empieza con 35 años, y de solo 60.900 si se inicia con 50. En otras palabras, contratando el mismo plan de pensiones el ahorro se reduce a bastante más de la mitad del dinero si se hace quince años después. Para que el capital acumulado fuera el mismo, el ahorrador de 50 años debería aportar más del doble que el de 35. Visto lo visto, parece claro que los expertos tiene razón: es mejor empezar antes.

Como en la mayoría de productos de inversión a largo plazo, es mejor empezar pronto ya que así se puede ir constituyendo un mayor patrimonio sin haber tenido que realizar un excesivo esfuerzo económico.

Para casi cualquier situación

En cualquier caso, hay tantos tipos de planes de pensiones como situaciones individuales, o casi. Banco Sabadell ofrece tres modelos esenciales pensados para adaptarse a cada situación. Los planes de pensiones individuales están orientados a aquellos que quieren conseguir rentabilidad a largo plazo. Facilitan tener un ahorro acumulado cuando llegue el momento de la jubilación de forma que permite complementar la pensión pública para conseguir que el nivel de vida no se reduzca demasiado. Los planes de pensiones individuales de Banco Sabadell se adaptan prácticamente a cada persona: su capacidad de ahorro, el riesgo que quieren asumir o la edad en la que van a empezar. En este mismo tipo de planes se encuentran los Sabadell Planes Futuro, una gama de productos que se adapta a la edad y al perfil de riesgo del inversor. En estos planes, los porcentajes de inversión en renta fija y variable van adaptándose a medida que se acerca la jubilación, adoptando una posición más prudente. A lo largo de 2019, los Sabadell Planes Futuro han obtenido excelentes rentabilidades positivas, rondando el 4%.

Los Planes de Previsión Asegurados son seguros de vida-ahorro que facilitan acumular un ahorro para complementar la pensión pública en el momento de la jubilación, y cuya prestación se puede cobrar en forma de renta o de capital. La principal diferencia con los planes de pensiones es que los PPA garantizan el 100% del capital más una rentabilidad garantizada por trimestres o semestres. Y como también son seguros de vida, en caso de fallecimiento, los beneficiarios reciben el saldo acumulado más un capital adicional.