Elecciones

El imparable ascenso del voto de la ría

  • Las papeletas 'ecologistas' se duplican entre 2007 y 2011: la suma de IU, la Mesa y Los Verdes copa un 16,38% de ellas

"La recuperación de la avenida Francisco Montenegro sigue siendo un principio irrenunciable", a través del "desalojo de los terrenos que vayan quedando libres tras el cese de actividad de las empresas". Estas frases pertenecen al programa electoral de Izquierda Unida y junto a las propuestas para la recuperación de las balsas de fosfoyeso y el efecto del descontento ciudadano con los grandes partidos han resultado claves en las elecciones celebradas el pasado domingo. IU ha rentabilizado en estos comicios su faceta verde y el descontento del votante de izquierda hasta lograr un concejal más en el Pleno del Ayuntamiento. Pero sobre todo, un partido nuevo como la Mesa de la Ría, surgido de un colectivo ciudadano que se ha dado conocer por su lucha por la regeneración ambiental del entorno fluvial, ha sido capaz de dar la sorpresa y arrancar un escaño al PP.

El voto de la Ría (ecologista, social, muy relacionado con los jóvenes y los profesionales) se cotiza caro, con un valor que se ha duplicado: ha pasado del 8,5% de los apoyos logrados en 2007 (IU+Los Verdes) al 16,38% (con la Mesa de la Ría) en 2011. El panorama es claro: según el sondeo elaborado por Commentia para Huelva Información, un 25,5% de los onubenses sitúan la contaminación como uno de los dos principales problemas de la ciudad (el primero, con mucha diferencia, es el paro). Se trata de un elemento diferenciador con otras provincias andaluzas y además va en progresivo ascenso. Si se aplica ese porcentaje al censo electoral, arroja un resultado de mayoría absoluta: más de 28.500 electores consideran preocupante la situación del medio ambiente en la capital. Pedro Rodríguez es alcalde con 28.428 votos.

Ya lo sabían los grandes partidos, PP y PSOE, cuando durante la campaña retomaban una y otra vez como tema estrella sus propuestas para la recuperación de las más de 1.000 hectáreas ocupadas por las balsas de fosfoyeso. El PP se ha arriesgado incluso a hacer suyo un deseo ecologista largamente acariciado: la retirada de los fosfoyesos de las balsas actualmente activas. Mientras, el PSOE prometía encargar una auditoría a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) sobre la situación ambiental de Huelva. Todo para contrarrestar el efecto del voto de la Ría.

Sin embargo, los electores parecen haber optado por las matrices de esas ideas. En 2007, Izquierda Unida ya logró subir su representación al llevar a la campaña electoral las ideas básicas de la Plataforma Mesa de la Ría, la otra mitad de la Mesa de la Ría original, dividida en Asociación y Plataforma precisamente por discrepancias en cuanto a la posible presentación a las elecciones como partido político. Al pasar del 6,11% de las papeletas en 2003 al 7,37% en 2007 Dolores Muñoz fue la segunda edil de IU en el Consistorio, pero además los votos verdes dieron otro éxito a la coalición en 2008: el escaño de Diego Valderas en el Parlamento andaluz tiene mucho que ver con ello.

En estos cuatro años el debate ambiental ha ido en aumento. La sentencia de la Audiencia Nacional sobre la caducidad de la concesión para verter fosfoyeso a la marisma, el final efectivo de los vertidos, la visita de europarlamentarios para comprobar las denuncias sobre la situación ambiental de la Ría o el episodio de filtraciones de material contaminado por cesio-137 (un isótopo radiactivo) han removido las conciencias ambientales de los onubenses. En paralelo, los grandes partidos se han arriesgado a pronunciarse sobre asuntos en los que antes no querían entrar, como las balsas de fosfoyeso, e incluso la Consejería de Salud ha asumido la realización de varios estudios epidemiológicos -anunciados por otra parte unos meses antes de las elecciones- después de que los recomendasen desde los eurodiputados al Defensor del Pueblo (y tras años de reivindicación ciudadana).

En esto como en otras cuestiones, las grandes formaciones han ido a la zaga a la sociedad. Y ésta ha respondido buscando un alternativa como la Mesa de la Ría, que con un voto oculto, y captando mucho del descontento ciudadano que ha cristalizado en el movimiento del 15-M, ha sido la sorpresa de las elecciones. Con propuestas para una ciudad sostenible, una gestión local austera (menos sueldos, más ayudas), mercados en los barrios, carriles bici y tranvías ha sido capaz de captar 3.346 votos, muchos de ellos arrebatados al PP. Junto a IU suman 9.678 votos, un 15,4% del total de las papeletas válidas. Y no hay que olvidar el objetivo que la ha hecho conocida en la ciudad: la recuperación de la avenida Montenegro, donde se ubican las industrias del Polo Químico. El alcalde, Pedro Rodríguez, lo reconocía ayer: los ciudadanos han lanzado un mensaje, el de su preocupación por la contaminación. Los partidos (y también las empresas) tendrán que tomar nota.

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