Antonio Guzmán | Médico y remero

"No todo el mundo tiene la suerte de volverse loco"

Antonio Guzmán.

Antonio Guzmán. / Antonio Pizarro.

Antonio Guzmán del Castillo (Sevilla, 1991) es alguien en el mundo del remo. Internacional en categorías inferiores y en la absoluta, este deportista del Labradores aparca el bote –aunque el 7 de noviembre se llevó su décima victoria con el Betis en la regata contra el Sevilla– para centrarse en la Medicina. Cumple su tercer año de residente de Psiquiatría en el hospital Valme, donde el equipo capitaneado por Matilde Blanco Venzalá ha sido varias veces galardonado por un estudio de la contención en los pacientes ingresados en las plantas de agudos.

–Doctor, un amigo me vende baratitas pastillas sin receta para estar contento y funcionan la mar de bien...

–No existen. Y si existieran, provocarían a largo plazo más infelicidad.

–¿Hay (o habrá) cura para la esquizofrenia?

–De momento no. Suele ser estable el porcentaje de locura que hay en la sociedad.

–¿Cualquiera puede padecer esta patología aun sin sufrir problemas previos?

–No, no todo el mundo tiene la suerte de volverse loco. Hay una tarta de la vulnerabilidad: factores biológicos, personalidad, entorno en el que naces, drogas... Para desarrollar una esquizofrenia tienes que tener una base biológica.

–¿El trauma de una pandemia podría desembocar en episodios esquizofrénicos?

–Podría actuar como resorte en las personas que tengan esa predisposición. No es que vaya a haber más casos de locura, esquizofrenia o psicosis. Lo que puede haber es más dificultades en la gestión de las ansiedades, depresiones y de estas patologías.

–Bernard-Henri Levy ha escrito un exitoso libro (Este virus nos vuelve locos). ¿Confirma su diagnóstico?

–¿El virus o la sociedad? La sociedad está muy polarizada por la política y lo del virus agrava la situación.

–Por rebajar la gravedad, ¿no se quiere llegar por el periódico a tratar a algunos descerebrados?

–Trabajo hay de sobra, no sólo en los periódicos...

–¿Las cabezas están mucho peor que hace un año o llevan mal toda la vida?

–Me lo tomo por el lado contrario: las cabezas siempre han estado bien. Algunas veces me han dicho que por el poco tiempo que llevo en la profesión tengo una visión optimista y confío en que hay una autorregulación de la sociedad.

"Ojalá los políticos tuvieran las manos llenas de callos de remar en la misma dirección como nosotros"

–¿Cuántos confinamientos aguanta una mente normal sin disparatarse?

–Afecta sobre todo cuanto te tocan algo que sientes que te pertenece y que piensas que sin ello no puedes vivir. Llevé bien el confinamiento, pero llegó septiembre-octubre y me cogía vacaciones, hubo rumores de otro encierro y no me podía creer que me fuera a quedar sin vacaciones. Ahí vi que algo mío estaba en peligro, ya me puse menos tolerante. Un confinamiento estricto puede ser muy duro. Habrá cada vez más crispación.

–Decía Sánchez que saldremos más fuertes, pero no hay duda de que acabaremos más zumbados.

–Un poco más neuróticos. Mucha gente con patologías obsesivas, como los que tienen rituales de limpieza u obsesiones con la contaminación, están peor. Y personas que en sociedad se sentían incómodos están tendiendo a recluirse. La corriente es introducirlos en la sociedad para que no empeoren la apatía, la abulia, la anhedonia, el aplanamiento afectivo...

–Cuando los responsables sanitarios dicen que "hay que remar en la misma dirección", ¿le entran ganas de dejarlos con un bote a la deriva en el río?

–Me gustaría que tuvieran las manos llenas de callos como nosotros. Hay parte de la filosofía del remo que se puede aplicar al trabajo de equipo. A veces me frustro porque estamos todos en el mismo barco y tenemos que trabajar en la misma dirección. No estás tú solo. Quizás es algo de lo que peco, mirar por todo el entorno.

–Atletismo, rugby, remo, piragüismo, golf… El mundo académico beca al buen deportista. ¿Eran superdotados o hacían la vista gorda los profesores?

–En muchas universidades de EEUU apuestan todo al deporte. La filosofía de mi club es llevar ambas cosas. Yo he empollado tela y he aprobado raspado. Aquí no hay tanta filosofía de ayudar al deportista, aunque tuve profesores que se portaron muy bien. La memoria es selectiva...

–¿Siguen diciendo que el remo y el piragüismo es lo mismo pero uno va hacia delante y otro hacia atrás?

–A los remeros nos confunden con los piragüistas y al revés. Saúl Craviotto y David Cal son compañeros míos de remo... Cuando sólo compartimos que nos deslizamos por el agua.

–Ya sin coñas: ¿la diferencia es que el piraguïsmo ha poblado de medallas las vitrinas del deporte olímpico español (16) y el remo (1) está a años luz?

–Estamos a años luz, sí. Algo hacen muy bien en piragüismo que nosotros no sabemos. Y entrenamos en el mismo sitio y las mismas horas. En remo ganamos muchas medallas en juveniles y sub 23, pero en absoluto no se da el salto. Algo nos tenemos que mirar.

–Fue campeón del mundo de remo de mar con su hermano. ¿No le da yuyu echarse al agua con un tío que se llama Noé?

–Estoy en buenas manos. Es buen guía del barco.

–A ver si lo pillo. ¿Quién tiene más victorias en la Oxford-Cambridge?

–La diferencia es por una o dos. ¿Oxford?

–Cambridge ha ganado 84 y Oxford, 80. Era de nota. ¿Cuál es su balance en la Sevilla-Betis?

–Diez triunfos y una derrota.

–"Dicen que estamos locos de la cabeza…", cantan los hinchas del Betis, su equipo. ¿Conoce a algún cuerdo que aprobase la ocurrencia de echar a Serra Ferrer?

–Si lo hay, no lo he escuchado. Soy de Serra Ferrer. Hacía las cosas con sentido y coherencia.

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