Borja Sémper | Ex político y asesor de Ernst&Young

"Me gusta la gente más allá de a quién vote, rece o bese"

Borja Sémper.

Borja Sémper. / M. G.

Borja Sémper decidió a comienzos de 2020 cortarse la coleta en la política, donde entró siendo un mozalbete de 17 años. Irundarra del 76, se afilió al Partido Popular e hizo carrera en el ayuntamiento de su localidad y luego como presidente del PP guipuzcoano y como parlamentario vasco. Emparejado con la actriz Bárbara Goenaga, este licenciado en Derecho se ha embarcado ahora en otro proyecto:es director de Relaciones Institucionales de Ernst & Young.

–¿Le puso la tilde a su apellido por anhelo de eternidad ("siempre" en latín) o ya venía de fábrica?

–Para poner facilidades, me han llamado de todo en mi vida, pero lo que más me jode es que me digan Semper, Sampere, Génter... Me molesta mucho más eso a que me insulten, así que tuve que ponerle la tilde para facilitar las cosas. No venía de fábrica, se ha customizado.

–Llevaba escolta con 17 años por la amenaza de ETA y ahora está más feliz que una perdiz fuera de la política. ¿Se siente como Benjamin Button?

–Lo que pasa es que he llegado tarde porque cuando tenía escolta era la época de ligar y así era mucho más difícil y ahora que no tengo ni escolta ni que ligar... se me acabó el chollo. Podría contar mil anécdotas de lo difícil que es ligar con escolta.

–Debe ser una faena.

–No sólo tienes que convencer a la chica, como el común de los mortales, que ya es complicado, sino decirle que hay que ir acompañada por otros dos pavos, que encima suelen ser tiarrones y guapos. Era todo muy difícil, un espectáculo.

–Fue primer teniente de alcalde en Irún de un gobierno de coalición con el PSE, algo que hoy es impensable. ¡Ya no quedan socialistas de los de antes!

–La política ya no es la de antes y en momentos excepcionales tuvimos que hacer algo extraordinario. Y hoy lamentablemente convendría copiar un poco aquello. Ahora no vemos cosas extraordinarias en la política, desgraciadamente.

–Con su amigo Santi Abascal vivió de todo en los 90 y primeros 2000, época dura para el PP vasco. ¿Él se cree lo que dice o es pura pose?

–Con Santi tengo un afecto a prueba de bombas, que confío que por su parte y por la mía lo preservemos para siempre. Otra cosa es que políticamente esté en las antípodas de lo que representa. Pero como quiero mantener mi relación personal con él... Pasapalabra.

–Sostiene usted que él es una monja ursulina al lado de Otegi. ¿Qué era Gregorio Ordóñez comparado con Xabier Arzalluz?

–La noche y el día. Gregorio era el día, la luz, la transparencia; y Arzalluz era la oscuridad, una visión cerrada y pequeña de Euskadi.

–Cumple un año alejado de la política. ¿De verdad que no queda vida inteligente en la derecha entre el populismo airado de Vox y el entreguismo cínico del PNV?

–El eje izquierda-derecha se ha difuminado mucho, pero me preocupa más que se haya difuminado el eje del sentido común. La inmensa mayoría de los políticos son gente extraordinaria y con mucho sentido común; lo que sucede es que el tono y el debate en el que se ha instalado la política dificulta mucho que aparezcan los discursos edificantes.

"Joaquín Sabina es como una deidad; si fuera americano, estaría considerado como un Dylan"

–¿Le dio alguna vez una hostia, con perdón, su paisano monseñor Setién?

–No me dio ninguna hostia, pero demostró que se puede llegar a obispo sin creer en Dios. Sí me dio la comunión un cura que fue encarcelado por colaboración con ETA. Esto es todavía para mejor nota. Cobijó a un comando, era el arcipreste de Irún y fue quien me dio la primera comunión.

–Tiene un simpático mano a mano con el socialista Eduardo Madina en Onda Cero. ¿No buscará Alsina que vuelvan a la política y funden un partido de centro?

–Creo que en España no hay espacio... Alsina ha sido muy generoso porque nos dijo que teníamos media hora para hablar de lo que quisiéramos. Y nuestra condición, también la suya, fue que no nos meteríamos con nadie porque no es necesario. Puedes dar tu opinión sin insultar ni faltar al respeto. Esto hoy día está muy lejos de parecer un partido político.

–Trabaja en Ernst & Young, ¿asesoría fiscalmente a Podemos o preferiría auditar al partido morado?

–Somos profesionales; si hay que hacerlo, se hace.

–Arantza Quiroga, Borja Sémper y ahora Bea Fanjul. ¿El PP vascoe es un partido o una agencia de modelos?

–Los gustos son como los culos, cada uno tiene el suyo, pero estoy de acuerdo en que Bea Fanjul y Arantza Quiroga son dos mujeres extraordinariamente guapas. Le agradezco el piropo, creo que hemos combinado mucho chuletón de pequeños.

–Monta en bici, corre, surfea, va al gimnasio… ¿Algún interés en ir a un reality?

–Me preparo por si tengo que salir corriendo... Ésa es mi aspiración.

–Guipuzcoano y del Madrid. Como diría Mourinho, ¿por qué?

–Por joder, básicamente. Mi abuela era una madrileña recia del Puente de Vallecas y del Real Madrid. Y el primer regalo que tuve en la cuna fue una camiseta del Madrid, de aquellas que el escudo se planchaba a la camiseta. ¡De qué equipo iba a ser, joder! Pues del Real Madrid. Soy de Irún, del Madrid y del PP... se me puede reconocer como un casco azul, prácticamente.

–Es autor del poemario Maldito (des)amor. Similitudes y diferencias con Ellas, la novela picarona de su ex compañero Esteban González Pons.

–Esteban se regodea mucho más en detalles y yo me quedo más en la lírica. Su libro es estupendo. Por cierto, la gente pensaba que en 2021 sacábamos la cabeza, pero este año publico otro poemario, así que no será tan bueno.

–Fan de Joaquín Sabina y admirador de Luis García Montero. ¿En serio es del PP?

–Sí, me gusta la buena música y la buena poesía. Sabina es como una deidad; si fuera americano, estaría considerado como un Dylan, pero es español... No pregunto a nadie a quién vota, a quién reza o a quién besa. Y la gente me gusta por otros motivos, más allá de a quién vote, a quién rece o a quién bese.

–Emparejado con la actriz Bárbara Goenaga, no lo votaría nunca porque el cine es de izquierdas...

–Ha padecido cierto sectarismo por estar conmigo, eso dice mucho a su favor. Sí le he preguntado a quién vota, pero como es secreto, no lo puedo contar. El cine es como la sociedad española: plural. Otra cosa es que quienes más levantan la voz tengan una tendencia ideológica determinada, pero en el cine español hay de todo, capullos y buena gente.

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