Juan Torres López | Catedrático de Economía de la US

"De ser ministro no aplicaría una renta básica universal"

Juan Torres López, catedrático de Economía de la Universidad de Sevilla

Juan Torres López, catedrático de Economía de la Universidad de Sevilla / José Ángel García

Toda su vida ha estado dedicada a la docencia, la investigación y la gestión y siempre en universidades andaluzas. Juan Torres López (Granada, 1954) se licenció en Económicas en la Universidad de Málaga -también estudió Derecho-, aunque se doctoró en Granada, donde fue adjunto. Regresó a Málaga de catedrático y desde 2008 lo es en la Hispalense. Decidió escribir La renta básica (Deusto, 2018) porque ante la reiteradas preguntas buscó su propia respuesta y compartirla con todos. El resultado: tiene las mismas dudas pero más ilustradas.

-Su libro La renta básica pretende ser neutral, pero al leerlo no encontré razones para implantarla.

-Sí, están. Puede ser que en cantidad haya más a favor porque sus partidarios son más militantes y proliferan más. Pero hay también argumentos en contra. Parto de la base de que no tengo una idea definitiva. Y algunos de los argumentos en contra el lector puede, entre líneas, deducir que son mis argumentos. Pero estudiándola, he encontrado más argumentos de peso a favor de los que creía que existían.

-¿Cuáles?

-La defensa filosófica de la renta básica como legado a mí me parece muy potente.

-¿El derecho a un mínimo cubierto?

-Sí. Y repartir lo que es común. Porque todos nos aprovechamos de un trabajo que han hecho otros. Por lo tanto, parecería justo distribuir ese montante que es de todos. Pero, como explico en el libro, operativamente es tan difícil de poner en marcha, que sus propios defensores recurren a vías un poco torticeras, porque suponen que se aprovecha más el que más renta tiene. Y eso es mucho suponer.

-¿Es una buena idea irrealizable?

-Realizable sí es. Otra cosa es que las ventajas que aplicarlo sean las que afirman los defensores de la renta básica universal. Porque también se pueden obtener los objetivos de quienes la reclaman por otras vías. Por ejemplo, la diferencia entre la renta básica universal y un impuesto negativo sobre la renta son técnicas y perfectamente superables. Salvo en la forma de cobro, que sería solucionable, prácticamente no hay diferencia entre ambas.

-¿La renta básica es conveniente para un tejido productivo como el nuestro?

-Eso es como si nos preguntamos: ¿Es conveniente que todos los individuos tengan un suelo antes de empezar, que alguien reciba una ayuda de los demás sin dar nada a cambio? La respuesta es subjetiva porque tiene un componente ético fundamental. Yo podría dar mi opinión, pero cualquier persona puede tener otra contraria. Podríamos calcular si cuesta más o menos, si desincentiva o no, pero el componente ético no se puede medir, contar ni pesar.

-En el caso concreto de Andalucía, ¿no necesitamos justo lo contrario, ser más productivos y no depender de un subsidio?

-Eso es lo mismo que si decimos que para no tener enfermedades es necesario llevar una vida sana y no ponemos un sistema de salud universal porque no todo el mundo está dispuesto a llevarla. Lo ideal y lo que defiendo es hacer que la economía funcione, generando ingresos, haciendo que el valor añadido se quede aquí, generando incentivos a la creación de riqueza. Pero como las cosas no funcionan a la perfección, hay que resolver los problemas que tenemos.

-¿Fomenta la economía sumergida?

-Puede ser tan incentivadora de la economía sumergida como cualquier otra medida que obligue a trabajadores y empresarios, a los ciudadanos, a esforzarse en general. Pero, ojo, que quienes defienden la renta básica señalan que ésta no anima a esconder los ingresos porque todo el mundo recibe la misma cuantía. Como no hace falta control, nadie va a evadirse.

- Pero la renta básica no invalida tributar por el resto de ingresos, ¿no?

-Sí, pero la evasión fiscal no la protagonizan los perceptores de bajas rentas. Eso es inapreciable. La realizan las grandes fortunas y las grandes empresas. El minoreo de la evasión fiscal tiene más que ver con la cultura. España es uno de los países que más simpatiza con este tipo de fraude.

-Y con la educación, ¿no?

-Sí, con los valores. Cualquier política social y económica va con la pata quebrada si perviven esos valores. La crítica es válida, pero no sólo para la renta básica universal.

-De los ejemplos de renta básica que cita el libro ninguno ha sido un éxito.

-Sólo se llevó a la práctica estrictamente en Alaska, que vive en una situación muy excepcional, y en Irán, que es la única experiencia real, y que no se suele citar ni por defensores ni por detractores. Y en Irán provocó que se dispararan los precios. ¿Pero fue por la renta básica? No lo sabemos, porque paralelamente hubo un embargo y no está claro qué influyó más. Así que no es concluyente. Y ése es el mayor problema, que no sabemos su efecto real.

-¿La clave es la cuantía?

-No. Es cómo se financia.

-La gran pregunta, ¿no?

-Sí. Dependiendo de cómo se financie las consecuencias son dispares. Si se financia a través del impuesto de la renta el coste final no sería desorbitado. En España unos 20.000 millones, pero después de hacer una operación de redistribución de más de cien mil millones, lo que no sé si es políticamente viable.

-¿Si fuese ministro de Economía la aplicaría?

-No. Si fuese ministro encargaría a una comisión independiente elaborar medidas que garantizasen que todo el mundo tenga para subsistir.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios