Ramón de España | Periodista

"La tabarra 'indepe' va a ser eterna"

Ramón de España.

Ramón de España. / Víctor Rodríguez

Periodista de formación e intelectual de la Barcelona underground de los 70, Ramón de España (1956) ejerce de látigo contra el delirio independentista. Con un humor ácido y una cabeza bien amueblada, lleva años desmontando el “tocomocho” nacionalista en publicaciones de todo pelaje. Escribió en Disco Exprés, Star, Cairo, El País, El Jueves –"últimamente lleva una deriva rollo Podemos"–, El Periódico, Crónica Global... Crítico cultural, guionista y novelista, De España no se muerde la lengua en esta charla aprovechando su viaje a Sevilla para presentar Letral Global en el Bookstock.

–¿Para un intelectual en Cataluña es compatible la independencia con el independentismo?

–La independencia personal es fundamental; el independentismo es una pérdida de tiempo y está dando los últimos coletazos. En Cataluña había un número inalterable de independentistas, incluso con Franco, que no se movía del 20%; el resto es gente sobrevenida, fomentada de manera casi criminal por los gobiernos autónomos, pero empiezan a estar en números rojos. Ahora bien, la tabarra indepe va a ser eterna.

–Señor De España, sólo al nombrarlo dan ganas de cuadrarse.

–Bueno, vengo de una familia de militares, mi hermano y yo fuimos los primeros en no ir a la General de Zaragoza. Lo bueno es que salí de casa vacunado contra el nacionalismo. Mi padre era un señor estupendo al que quise mucho, pero era militar franquista, ya me tragué todos los rollos de la España eterna, y cuando vi que salían otros con lo mismo me pillaron preparado.

–¿Nunca pensó en borrar la eñe de su apellido como el RCD Espanyol?

–No, pero algunos figurones del procesismo lo han hecho. El columnista Jordi Galves todos sabemos que es Gálvez, un alcalde que se llama Ximenis era Jiménez o un presentador cambió Calzada por Calçada. Esto es hacer el ridículo. A uno le cae el apellido que le cae y hay que tragar.

–Si esta zapatiesta la montamos los andaluces nos corren a gorrazos en España y en Europa…

–Es imposible por una cuestión sociológica. Si no tienes el problema de la identidad planeando todo el puto día por tu cabeza, llevas una vida mucho más relajada. Lo otro es una pesadilla. Los nacionalistas dominan bien esa actitud pasivo-agresiva de hacerte la vida imposible aparentando que las víctimas son ellos.

"Hay un componente racista que se inicia con el trato de la burguesía catalana a la emigración andaluza”

–¿No sobran cazurros reaccionarios y faltan ilustrados en el procés?

–Sí, lo peor es la conversión de ilustrados en procesistas, hay a cascoporro. Es un extraño síndrome catalán que consiste en que gente que en su juventud y madurez manifiesta una actitud abierta y cosmopolita, a cierta edad de repente le sale de dentro el burguesito mezquino y racista. Ahí están Xavier Rubert de Ventós, el arquitecto Xavier Bohigas o el gestor cultural Ferran Mascarell. Y más graves son los provenientes del marxismo. ¡Cómo puedes pasar del Arriba parias de la tierra al supremacismo!

–¿Hay algo menos de izquierdas que el nacionalismo?

–No, por eso no entiendo el apoyo sin fisuras de mucho autodenominado de izquierdas. La actitud de Podemos y de Pablo Iglesias es ridícula; con esta gente no puedes formar la tercera república porque lo que quieren es la suya propia. Te usarán, pero en el fondo formas parte del Gran Satán que es España. De la derecha nunca has esperado nada, pero lo de la izquierda es triste, que se haya llenado de tanto imbécil y merluzo que va de antisistema y de extrema izquierda sin saber hacer la o con un canuto.

–¿Qué le parecería arrebatar los privilegios fiscales a los vascos para entregárselos a los catalanes y así se enzarzan entre ellos?

–Es un plan muy perverso. Lo del País Vasco es un escándalo, un chantaje al que nos hemos acostumbrado, y el Gobierno central, por el riesgo de que el PNV reactive a ETA –porque creo que ETA es el accidente y el PNV, como CiU, el principal responsable del marco mental–, optó, como dicen los ingleses, por el "si no está roto, para qué recomponerlo". La idea federal es buena, el problema es que los nacionalistas aspiran a la confederación, que no todos seamos iguales. Y el federalismo requiere una lealtad de los nacionalistas que no se ve por ninguna parte.

El periodista Ramón de España. El periodista Ramón de España.

El periodista Ramón de España. / M. G.

–¿El secesionismo hay que combatirlo con porras, togas o sarcasmos?

–El sarcasmo es lo más adecuado porque sé lo mal que les sienta que no se les tome en serio. Respecto a las togas, que no digan que no se puede judicializar la política; si entra en el mundo de la delincuencia, tiene que actuar la Justicia. Y cuando participan en un referéndum ilegal porque poner las urnas es muy bonito, hay que enviar a los de la porra. No te puedes quejar de que le han dado un porrazo a tu abuela; si se hubiera quedado en casa viendo TV3, no le habría pasado nada. No se puede partir de la base de que lo que tú haces es angelical y que las leyes hay que acondicionarlas a tu peculiar manera de ver las cosas.

–Alguna vez ha hecho referencia a que en este revoltijo usted ve a gente que come muy bien. ¿Es una revuelta de gordos?

–Una revuelta de burgueses no puede salir bien. No conozco ninguna de tipos que comen tres veces al día, tienen dos coches y una casa en el Ampurdán. Si su objetivo es comer seis veces diarias y no dar un duro a las zonas necesitadas de España, eso no es independentismo, sino egoísmo y, si me apura, racismo.

–Es usted tajante.

–Sí, hay un componente racista que arranca en los 60, con el trato de nuestra burguesía a la emigración andaluza o murciana, a la que alguno califica de agentes sociales enviados por Franco para eliminar el ser catalán. Convertir a unos pobres muertos de hambre con todo el derecho a una vida mejor en agentes del régimen es de ser muy mala persona. Y sería la ocupación más extraña que he visto porque los ocupantes vivían en barrios de mierda y los oprimidos residíamos en la Diagonal. Por lo menos los nazis al llegar a París se incautaron del hotel Lutetia, que era un sitio magnífico.

"La familia Pujol es como los Corleone o los Genovese. Este proyecto filofascista viene de principios de los 80"

–¿No le han premiado en la Generalitat por llamar Chis Torra al president?

–A mí se me ignora desde hace mucho tiempo. En Cataluña se lleva mucho la muerte civil: usted no existe, su libro no se ha publicado, no lo invitamos jamás a TV3... Pero desde que algunos empezamos a largar, muchos se dieron cuenta de que no tenían por qué callar. A fin de cuentas nunca hemos tenido problemas reales como en el País Vasco, donde te podían volar la cabeza; ya dijo Arzalluz que lo del tiro en la nuca no iba con nuestro carácter mediterráneo, ¿no? Vino a decir que éramos una pandilla de maricones...

–¿Era más urdidora Marta Ferrusola que Jordi Pujol?

–Es una familia de criminales, como el clan de los Corleone o de los Genovese. Vivimos engañados muchos años, yo mismo creí que te decían por dónde ir por tu propio bien y que eran austeros, como Franco, que comía bocadillos de sobrasada viendo la tele. Al enterarnos de que era un latrocinio de partido y de clan, se te caen los palos del sombrajo. Este proyecto filofascista de ingeniería social viene de principios de los 80 y ha sido ejecutado al pie de la letra, aprovechando que la gente no se atrevía a hablar porque salíamos de la dictadura y de una complicidad cortoplacista e imbécil del Gobierno central, que dejaba hacer al jefe de la tribu. ¿Hubiera salido a la luz todo si no se hubiera hecho Pujol independentista?

–Dos años sin doblarla y a gastos pagados. Ya firmarían muchos la vidorra de Puigdemont.

–Llaman exilio a cualquier cosa. El amigo de Puigdemont va y viene, el pagafantas oficial, un tal Matamala, un empresario que se forró cuando Puchi era alcalde de Gerona. Y es el pagador oficial del despilfarro de Waterloo. El exilio era una cosa muy seria porque después de la Guerra Civil la gente se iba porque los podían fusilar. No es extraño que ahora esté de moda en Cataluña el turismo patriótico: visita a Bruselas, Gante y luego a Waterloo a hacerse un selfie con el fugado. Convertir a un fugitivo en un presidente en el exilio es una parte más del tocomocho.

–¿Aceptaría dirigir TV3 si lo intervienen con el 155?

–No es lo mío. Es una medida muy jodida, parecería que eres un censor, aunque sabemos que con dinero público se gestiona un aparato de agitación y propaganda. No sabría qué hacer, aparte de la bomba de neutrones, que como sabe es la que mata a las personas pero deja el entorno en perfecto estado, así se podría sustituir aquel staff por seres humanos. Hay que convertirla en lo que fue: una televisión pública muy digna.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios