Félix Viñuela | Neurólogo e investigador

"Estamos en buenas líneas de progreso para soñar con la curación del Alzheimer"

El neurólogo Félix Viñuela en las instalaciones del Hospital Victoria Eugenia de Sevilla.

El neurólogo Félix Viñuela en las instalaciones del Hospital Victoria Eugenia de Sevilla. / José Ángel García

Félix Viñuela (Sevilla, 1967) es una de las personas que más sabe de Alzheimer en España. En 1996 fundó la primera unidad especializada en su investigación y tratamiento en el Hospital Virgen Macarena. En su meritoria carrera profesional ha presidido la Sociedad Andaluza de Neurología y durante cuatro años fue coordinador del Grupo de Estudio de Neuropsicología de la Sociedad Española de Neurología. En la actualidad, coordina un curso de formación sobre el manejo del deterioro cognitivo junto con neurólogos de toda Andalucía, con un gran impacto nacional.

–El equipo de investigadores que dirige en el Hospital Victoria Eugenia y Virgen Macarena de Sevilla ha participado en los ensayos del primer fármaco contra el Alzheimer que aprueba la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), ¿qué supone este hito después de tantos años de trabajo?

–Es un orgullo poder colaborar en este avance en la ciencia. Los éxitos grandes que se consiguen son todos colaborativos y, en ese sentido, haber podido aportar nuestro grano de arena es todo un orgullo.

–El aducanumab se considera el primer fármaco que realmente modificaría la evolución de la enfermedad...

–Existen otros fármacos sintomáticos, que mejoran, valga la redundancia, la presentación de los síntomas, pero que no detienen el proceso neurodegenerativo de la enfermedad. Por ello, éste es un gran hito en el camino hacia la curación de la enfermedad del Alzheimer.

–¿Qué se ha conseguido demostrar con este ensayo?

–Este ensayo clínico multicéntrico internacional sobre este medicamento ha demostrado después de cinco años que este fármaco limpia el cerebro de las proteínas amiloide patológicas que se depositan en el cerebro de los pacientes. Se trata del primer hito con el que, eliminando una de las causas de la enfermedad, modificamos la historia desastrosa de la misma y hacemos que haya una mejoría. Básicamente, demuestra que estamos en buenas líneas de progreso para soñar con la curación del Alzheimer.

–¿Qué supone este hito para los pacientes y sus familiares?

–Sería el primer fármaco que modificaría la historia ya que puede frenar la enfermedad. Eso, para los familiares y los propios pacientes, significa un antes y un después. Aunque la aprobación de la FDA es un paso y, aún, hay que terminar de confirmar todos estos datos tan esperanzadores, insisto, que supone una puerta a la esperanza de que es posible frenar la enfermedad del Alzheimer.

El doctor Viñuela, en la puerta de la Unidad de Neurociencias que coordina en el centro. El doctor Viñuela, en la puerta de la Unidad de Neurociencias que coordina en el centro.

El doctor Viñuela, en la puerta de la Unidad de Neurociencias que coordina en el centro. / José Ángel García

–¿Cómo surge su interés por la enfermedad?

–Se trata de un interés general por conocer la complejidad del cerebro humano, que es el que nos hace personas. Y, a partir de ahí, me surge la curiosidad intelectual de conocer cómo funciona el cerebro humano y, además, qué es lo que le pasa a este órgano cuando aparece una enfermedad que lo que hace es destruir nuestras funciones cognitivas. El siguiente paso es que, ya que hay una enfermedad capaz de ello, es ver si somos capaces de combatirla y cómo.

–También es doctor en Filología, ¿ha encontrado algún vínculo entre ambas pasiones profesionales?

–Sí, claro. Cuando comencé la especialidad de Neurología en el Hospital Virgen Macarena movido por la curiosidad intelectual de saber qué es lo que hace como funcionar a nuestro cerebro comencé además un doctorado en Filología para focalizar o estudiar la interacción entre la creatividad literaria y las enfermedades neurológicas. Le dediqué muchos años a investigar, sobre todo, a Dostoievski, que era epiléptico y un gran escritor, y lo que hice fue comenzar una investigación sobre su creación literaria y su enfermedad neurológica para intentar descubrir si su enfermedad neurológica era más una limitación o una fortaleza. Eso me llevó a impartir docencia como profesor asociado durante 13 ó 14 años e la Facultad de Filología hasta que llegó un momento en el que uno puede abarcar todo, aunque disfruté muchísimo dando clases en la Universidad de Sevilla. Finalmente, decidió dejarlo porque me quería centrar más en la neurología y ahora soy profesor, pero de neurología en Medicina y de neuropsicología en la Universidad Loyola.

"Lo importante es la calidad de la asistencia que prestamos y en ese sentido esa calidad mejora con entornos colaborativos"

–Actualmente compagina, además, su trabajo en el Hospital Virgen Macarena, en el Hospital Victoria Eugenia o Cruz Roja y en el Hospital Quirónsalud Infanta Luisa...

–Sí. Soy coordinador de la Unidad de Memoria del Servicio de Neurociencias del Hospital Victoria Eugenia- Cruz Roja de Sevilla, de la de Deterioro Cognitivo y Demencias del Hospital Virgen Macarena y jefe de Neurología del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa.

–Son tres centros de ámbito público, concertado y privado, respectivamente, ¿cree que es fundamental la colaboración público-privada para mejorar la excelencia asistencial y de la investigación?

–Creo que sí. Lo importante es la calidad de la asistencia que prestamos y en ese sentido esa calidad mejora con entornos colaborativos. Cada centro tiene sus características, sus ventajas e inconvenientes, es decir, tiene sus fortalezas, pero también sus debilidades y, en ese sentido, unos prestan la atención sanitaria de una forma y otros de otra, pero siempre podemos aprender de los demás manteniendo el foco en la atención sanitaria de calidad y la investigación de calidad, independientemente de donde se realice. Y en ese sentido toda colaboración y esfuerzo con un objetivo justo y sensato va a ser positivo para todas las partes.

–¿Qué retos sigue teniendo por delante?

–Pues para mí es muy importante la creencia de que que hay una gran relación entre el cerebro, el lenguaje humano y la creatividad y es por ahí, quizás, por donde se ubica el siguiente paso que me gustaría dar en un futuro, aunque para eso creo que necesitaría otra vida –bromea–. Me interesaría mucho poder estudiar la relación entre el cerebro humano y la creatividad artística. Es un laboratorio que me gustaría crear en España porque no existen. Sólo conozco la existencia de algo así en EEUU. Estudiar qué hace que nuestro cerebro permite a los artistas y creadores ser lo que son. No sólo sería útil para ver qué es lo que le pasa a los artistas sino también para ayudar a ser mejores a todos los que tenemos ese interés artístico.

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