José Manuel Esteban. Viñetista

"Me hubiera gustado tener a Forges de ministro"

"Me hubiera gustado tener a Forges de ministro"

"Me hubiera gustado tener a Forges de ministro"

-Dimisión de ministro tras una semana, destitución de seleccionador a dos días de un Mundial, presidente del Gobierno súbito quien había sido desahuciado hace meses por su propio partido... Nada parece seguro ahora.

-¡Claro que hay muchas cosas seguras! En nuestro oficio, sin ir más lejos, la volatilidad de la actualidad, que está regida por las decisiones de las personas. Lo que ocurre es que los periodistas todavía conserváis la capacidad de sobresaltaros, y ésa otra cualidad, que es la de lograr sobresaltar al lector, que por alguna razón se obstina en estar distraído.

-La prisión de Urdangarín parecía en segundo plano y pocos se acuerdan ya de Cifuentes. Todo vuela.

-Ellos no lo van a olvidar fácilmente... Lo que pasa es que los lectores, la opinión pública, consumimos las noticias con avidez y hasta glotonería. No nos da tiempo a saborearlas, y mucho menos a formarnos un juicio o a extraer una lección de lo que ocurre a nuestro alrededor. Debe ser un sano ejercicio ponerse en la piel de los protagonistas, atravesar imaginariamente sus malos tragos antes de emitir un juicio sumarísimo. Yo desde luego no lo hago.

-Hace unos días, sus compañeros Miki&Duarte lloraban en sus viñetas la marcha de Rajoy.

-Normal. Era, en su aparente hieratismo, una fuente inagotable e imprevisible de inspiración para el viñetista. Pero otro vendrá que le arrumbará en el olvido. Unos se van y llegan otros en su lugar. Nunca nos han faltado dianas para nuestros dardos. Lo que pasa es que Rajoy era un blanco estático fácil de acertar.

-¿El ingenio del dibujante se agudiza según la calidad de la clase política?

-Marca, como digo, los motivos y la inspiración. El ingenio es consustancial al viñetista (el que lo tiene), da igual la pasta de la que estén hechos los políticos. Aunque sí es cierto que últimamente ha desembarcado una generación, digamos variopinta, que no nos deja un día en blanco.

-¿Viñetista, humorista gráfico...?

-Por lo que a mi respecta, viñetista. Es un género menor que a mí me llena totalmente. Me obliga a pensar un epigrama, un pie que resulte motivador y un dibujo que lo contextualice y que acaso atraiga la atención del lector. Además, se nos atribuye la capacidad de moralizar, incluso de crear opinión. ¿Qué más se puede pedir?

-Hay en sus dibujos más acidez que humor, más reflexión que sonrisa.

-Depende del día. No del que tenga el dibujante, que creo trabaja sistemáticamente, sino de las noticias de ese día, de su cariz, del tono y su trasfondo, porque el viñetista se maneja entre trasfondos.

-Después de tantos años asomado a una ventana diaria en los periódicos, ¿qué España ve?

-Una España distinta a la de ayer. Yo soy bastante conservador, diría que reaccionario (lo cual no tiene que ver exactamente con una ideología), y los cambios que se producen en nuestra sociedad, algunos forzados, me sobrepasan constantemente. Me quedé muy atrás de nuestra España, en algún trasfondo perdido.

-¿Hay más madurez social o más degeneración política?

-La política es consecuencia de su sociedad. Tenemos los políticos que nosotros mismos hemos degenerado.

-Al dibujante le da tiempo también para evolucionar como persona y como artista, ¿no?

-Si por evolucionar entendemos envejecer, supongo que sí. Porque el resultado de toda evolución personal es que al final acabamos muriéndonos, unos más viejos que otros. Yo, de momento, vengo evolucionando más como persona que como artista, pero aún no he tirado la toalla en ninguna de las dos facetas.

-Un astronauta es ministro, un novelista lo ha sido. ¿Veremos a un dibujante en un Ministerio?

-Es más fácil que un dibujante llegue a ministro que a astronauta, desde luego. Me hubiera gustado tener a nuestro añorado Forges de ministro de Exteriores. ¿A ti no? ¿Te imaginas en esas cumbres europeas a una intérprete traduciéndole al danés?

-Los dibujos de Esteban serán objeto de investigación en la Universidad.

-De momento van a ser objeto de almacenaje. He cedido un buen lote, varios miles, a la Biblioteca de la Universidad de Huelva. No para que se estudien por su valor artístico o cultural, sino como testimonio de una época. Tal vez adquieran cierto interés pasados unos años y susciten la curiosidad de algún estudiante desprevenido, con ganas de quitarles el polvo.

-Son una buena radiografía social de los últimos años.

-Frente a lo que pueda parecer, la radiografía la hace el lector. Nosotros ponemos los rayos X y es él quien se forma un juicio y emite su propio diagnóstico.

-Se lo habrán preguntado muchas veces: ¿Cuál es la viñeta soñada?

-Una que alcance el clasicismo. Que igual se pueda leer hoy que dentro de cincuenta años, si es que dentro de cincuenta años sigue existiendo la lectura. Espero que así sea porque soy negado para la viñeta sin palabras...

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