pablo simón. politólogo

"La izquierda infravalora las habilidades de Mariano Rajoy"

-Un experto en sistemas electorales tiene trabajo para estos meses, ¿no?

-Sí lo tiene, y más a partir de la próxima legislatura, en la que lo que se va a plantear por parte de todos los partidos será la reforma del sistema electoral. Así que sí, tendrán trabajo.

-¿Cree que esta vez se lo tomarán en serio?

-Bueno, este es de esos melones que se abren y nunca se sabe muy bien cómo se cierran, y es verdad que las reformas electorales son algo muy extraño, no ocurren de manera habitual ni siquiera fuera de nuestro país. Está por ver si logramos actualizar nuestro sistema después de casi 40 años de funcionamiento...

-¿A los partidos nuevos ya no les interesa tanto la reforma?

-Así es. Eso es algo muy curioso, de los cuatro partidos principales hoy probablemente el más interesado sea Ciudadanos porque es al que empieza a hacer más daño el sistema proporcional. Los demás... Pero hay otra dimensión que no es necesariamente la proporcional, que es que hoy los partidos están menos homogéneos que en el pasado: Podemos gana mucho en Madrid, en las zonas de Euskadi y Cataluña, el PSOE es un partido más meridional, Ciudadanos lo consigue en las capitales de provincia, el PP sobre todo en las Castillas.... Hay una ruptura en la que el peso del voto en el interior es más que el peso en las zonas periféricas.

-¿Ése sería uno de los aspectos a cambiar?

-Creo que se puede dar más escaños a las zonas periféricas o se puede hacer un Congreso más grande, con 400 diputados. Nuestro Congreso es uno de los más pequeños de Europa. Y además tenemos que acabar con las listas cerradas. Que se permita a los votantes marcar quién nos representa mejor, y además serviría de información a los propios partidos sobre sus diputados.

-¿Unidos Podemos esperaba que el sistema le beneficiara?

-Efectivamente, pero no ha sido así, y de hecho si hoy mantienen el mismo número de diputados es gracias a haber ido de manera conjunta. El 20 de diciembre, de los 900.000 votos que tuvo Izquierda Unida el 80% se fueron a la basura, se quedaron sin representación. Su idea era que el efecto mecánico de la suma de votos les iba a permitir crecer, sin embargo, no se produjo porque los votantes se desmovilizaron. En política uno y uno no siempre suman dos.

-¿Entonces las encuestas las deberían hacer politólogos y no los sociólogos?

-Je, bueno, las encuestas obviamente hay que revisarlas. Ha habido muchos errores. Es verdad que hay mucha teoría de la conspiración. Hay que revisar varias cosas, como la toma del muestreo. Luego hay otra parte de la cocina donde todo el mundo ve la, conspiración, pero yo creo que hubo un efecto que no se tuvo tanto en cuenta: los jóvenes obtenían en las encuestas una sobrerrepresentación, pero se desmovilizaron mucho, y esto perjudicó mucho más a la izquierda que a la derecha.

-A ver, ¿Rajoy es el más listo de la clase?

-Je, yo creo que un fallo que comete mucho la izquierda es infravalorar las habilidades de Rajoy, que es una persona que sabe manejar muy bien los tiempos, que tiene un partido muy rocoso y que funciona muy bien a nivel electoral como se vio en el propio 26-J. Demuestra que es un hombre tranquilo, que no pierde los nervios, que sabe resistir presiones externas... y esto le permite hasta cierto punto jugar con sus rivales.

-¿Eso es política o politiquería?

-El problema grande que tenemos ahora es que hablamos mucho de política con minúsculas. Los partidos están atrapados en una contradicción. Nadie tiene mayoría absoluta y por tanto nadie puede realizar el cien por cien de su programa. Y todo el rato estamos diciendo que los partidos tienen el mandato de pactar. Pero cuando hay un partido que cambia de posición le llamamos traidor, le decimos que se vende barato... es decir, no podemos tener las dos cosas al mismo tiempo.

-Es que incluso se llaman traidores unos a otros dentro del mismo partido...

-¡Exacto! Y así es imposible. Por tanto, tenemos que ir a una concepción de la política diferente en la que no es importante sólo el que prime la voluntad de la mayoría. También es importante que la minoría sea tenida en cuenta y que vayamos a un sistema nuevo de transacción, de pacto, de acuerdo. Con ello los cambios serían más graduales porque tendremos que ponernos de acuerdo más gente, pero también las políticas serán más sólidas y se mantendrán más en el tiempo. Por ejemplo, se abre una oportunidad para un pacto de educación en España.

-¿La oferta de negociación de Rivera es una actitud inteligente?

-Yo creo que es la única que podía seguir. Porque hasta cierto punto las precondiciones que pone son asumibles por el PP por dos razones: porque algunas de ellas las iba a tener que asumir sí o sí, como las comisiones de investigación en un congreso sin mayoría absoluta. Y la otra es que la mayoría de reformas que propone necesita el concurso de otros partidos, porque ellos no suman.

-O sea que los politólogos tienen trabajo también.

-Vivimos turbulencias en todo el mundo. También en España. En el 82 ganó el Partido Socialista y hubo un tiempo como de cierre, de calma. Ahora, hemos abierto esta caja de Pandora, pero nada indica que se vaya a cerrar. Podemos tener unas terceras elecciones, unas cuartas, cuantas queramos, pero no parece que la situación política se vaya a volver más estable.

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