Luis García Prado. Editor, escritor, traductor y experto en política

“La política en Hungría es fascinante, todo lo contrario a aburrida”

“La política en Hungría es fascinante, todo lo contrario a aburrida”

“La política en Hungría es fascinante, todo lo contrario a aburrida”

–Acaba de publicar ‘Crepúsculo en Budapest. Hungría en los tiempos de Orbán’ (Báltica). ¿Cuál es su origen?

–Es mi primer libro de ensayos. Un amigo común, el historiador José María Faraldo sabía que vivía en Hungría, se puso en contacto con él la editorial Báltica interesada en hacer una colección de libritos sobre Europa del Este, incluyendo al propio Faraldo. Él propuso mi nombre y surgió la posibilidad de escribir el libro, que además me vino muy bien porque llevaba tiempo pensando lo que me interesa este tema (Hungría), todo lo que he investigado y cuánta lata doy a los amigos. Pensaba que debía ponerlo por escrito pero no encontraba para qué. La editorial me pidió un libro que fuera personal, corto y que no fuera académico, lo que me permitió concretar. El libro salió de forma fluida porque lo tenía todo embotellado. Es una sucesión de historias y de observaciones sobre la situación en Hungría actualmente.

–En la introducción del libro explica como si fuera una preciosa novelita corta por qué su pasión por Budapest. ¿Cree que el amor le condujo hasta la ciudad?

–Es cierto que el amor por una mujer me condujo hasta allí, porque alguna razón debía haber para aparecer en un país con el que no tenía ninguna relación. Fue un primer contacto personal, y con el paso de los años el foco pasó de la relación con esta persona, que somos muy amigos, a la ciudad en sí. El país me gusta, pero lo que me fascina es la capital. Budapest es una ciudad sensacional. Un día pensé que la cuestión era vivir allí. Fue tener un sueño y realizarlo.

–¿Cuándo llegó por primera vez al país?

–En 1999, con visitas a Budapest muy a menudo, pero yo estaba viviendo en España. A partir de 2011 tuve claro que quería vivir aquí en algún momento, pero no fue fácil organizarlo. Aquí llevo asentado desde 2016, con otra pareja y una hija.

–Del amor pasa a la política en su libro. Otra pasión suya.

–Sí, en mi caso, al haber estudiado Ciencias Políticas, los años que llevo viviendo en Budapest he prestado mucha atención a la evolución política, que es interesante y rara a la vez en Europa. Mi aportación es desde la deriva política húngara hacia una cosa que ya no es democracia, tampoco es un autoritarismo como los antiguos, está mezclado. No es fácil de clasificar.

–¿La política le está tambalearse entre quedarse o irse?

–Cuando llegué no me parecía que la situación política aquí fuera tan amenazadora, aunque sí rara. Ahora sí que me parece más peligrosa. La política húngara ha cambiado también porque el proceso que había en marcha no se paraba: era el desmantelamiento de la democracia, que no tiene forma final. Eso lo he visto en primera línea desde 2016 hasta ahora y es el núcleo del libro. La pregunta es si este proceso tiene fin y si me marcho o no. No la he respondido todavía. Al estar dentro de la Unión Europea, hay cierto freno a este autoritarismo, lo ha ralentizado. Se vive en una especie de burbuja que te permite tener cierta tranquilidad. Pero si Hungría estuviera fuera de la UE, viviría más intranquilo porque no vería límites al proceso.

–¿La curiosidad le puede?

–Yo quiero ver cómo acaba esto. Soy muy crítico con lo que está pasando, no me gusta Orbán, pero lo que está pasando aquí es fascinante y entretenido. Es lo contrario de política aburrida, si te interesa la política aunque no seas partidario de este tipo de política.

"Si Hungría estuviera fuera de la UE, viviría más intranquilo porque no vería límites al proceso de desmantelamiento de la democracia"

–¿Sigue con ganas de quedarse?

–Sí, no se me han pasado aún. En cierto sentido me siento recién llegado. Por el lado pesimista es interesante estudiar cómo acaba de desmantelarse la democracia. Y por el lado optimista, no creo que sea inevitable que acabe mal. No quito que de aquí a unos años Hungría tenga un renacer democrático. Me haría ilusión estar aquí en ese momento porque los países que salen de periodos así oscuros, como le pasó a España, tienen periodos de boom bonitos y emocionantes. Y en Hungría sería muy prometedor.

–¿Ha tenido algún problema por haber publicado este libro?

–Me recomendaron que pusiera un seudónimo, y no les faltaba razón. Conozco más o menos el tono de la conversación pública en Hungría gestionada por el gobierno y creo que les coge a trasmano un texto escrito y publicado en España. Otra cosa es que estuviera escrito en inglés y publicado en Budapest. Y no te digo, en húngaro y publicado en Hungría. Entonces van a por ti porque entraría en el marco en que ellos controlan lo que se dice. Lo he escrito con total libertad.

–Ahora que ha publicado esta obra sobre Budapest, ¿ya no le hace falta hablar tanto de las bondades de esta ciudad?

–(Risas) Reconozco que he hecho proselitismo y entre mis amigos ya es conocido... ya nadie me discute para qué me fui a vivir a Budapest. Ahora, ya con el libro publicado, no tengo que explicarlo más (ríe).

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios