“Las promesas del arte moderno siguen vigentes”
Neil Cox | Historiador del arte
El investigador del Metropolitan Museum de Nueva York, referencia clave en los estudios sobre el cubismo, desgranó en el Museo Picasso Málaga los intercambios estéticos entre el genio malagueño y el teatro de la crueldad de Artaud
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Referencia fundamental en los estudios internacionales sobre el cubismo, Neil Cox fue profesor en las Universidades de Essex y Edimburgo antes de incorporarse al Metropolitan Museum de Nueva York como director del Centro de Investigación Leonard A. Lauder. Divulgador incansable del arte moderno y autor de ensayos canónicos como Cubism (2000), The Picasso Book (2010) y Marcel Duchamp (2021) Cox visitó hace unos días el Museo Picasso Málaga para pronuncia la conferencia El cubismo y el teatro de la crueldad dentro del seminario El surrealismo y su doble.
Pregunta.¿Hubo algún acercamiento real entre Picasso y Artaud?
Respuesta.Sí, debió haberlo. Artaud estuvo implicado en los inicios del surrealismo, entre 1922 y 1927. Y, especialmente a partir de 1924, fue una figura preeminente del bureau de André Breton, hasta que finalmente fue expulsado del grupo por defender una idea del surrealismo distinta de la hegemónica. Artaud fue una persona problemática, pasó gran parte de su vida en instituciones mentales desde que terminó el colegio y mantuvo una actitud conflictiva. Picasso no llegó a formar parte del grupo surrealista, pero hubo algunos acercamientos, así que debieron conocerse. Determinadas obras del periodo cubista de Picasso parecen acercarse a una idea de crueldad particularmente misógina.
P.¿Es posible que Picasso encontrara en la crueldad de Artaud una vía para expresar la suya propia?
R.Este tipo de interpretaciones son muy subjetivas. Y, bueno, a menudo se establecen nexos de causalidad entre las obras y las conductas de sus autores. Cabría preguntarse si es posible crear una obra misógina sin ser un misógino y si un artista misógino puede crear obras que no sean misóginas. Al referirse a estas obras cubistas de Picasso, Breton no veía en ellas tanta crueldad como la representación de la aversión que suscitan en los adultos los juguetes infantiles. Por su parte, Apollinaire se refería al Picasso cubista como a un cirujano forense que disecciona cadáveres. Y por cadáveres quería decir objetos. Es una metáfora extraña, pero lo cierto es que tanto los cadáveres como los objetos suscitan reacciones frías. Y esa frialdad sí que está muy relacionada con la crueldad de Artaud.
P.Pero, ¿qué cabe entender por crueldad en este juego?
R.Artaud no entendía la crueldad como la entendemos hoy. Para él, la vida es cruel. Y, por tanto, al teatro le corresponde mostrar esa crueldad. Pero a Artaud también le interesaban las artes plásticas, y de hecho encontramos esta idea de crueldad en no pocas obras cubistas. El cubismo, particularmente en Picasso, funciona aquí como un doble de la escena.
P.¿Y más allá de Picasso?
R.Me cuesta mucho digerir la expresión “más allá de Picasso”, en cualquier sentido. Como cubista, pero también en otras muchas facetas, Picasso se muestra especialmente interesado en retorcer los cuerpos y las figuras. Lo hace en un sentido escultórico, pero más aún orgánico. Y en esto es un artista único. Creo que es muy difícil trasladar su manera de entender el cubismo y la crueldad a cualquier otro artista. Por eso el impacto que dejó en el surrealismo, sin pertenecer al grupo surrealista, es único. Cuesta llegar a alguna conclusión firme en este sentido, pero siempre hay que tener en cuenta la naturaleza dinámica del cubismo. No busca una foto fija de la realidad, sino integrarse en su naturaleza cambiante.
"Me cuesta mucho digerir la expresión 'más allá de Picasso', en cualquier sentido"
P.Nuestra percepción de la realidad, sin embargo, tiende a ser estática.
R.Sí, pero cada vez tengo más claro que el cubismo no se aproxima a la realidad de una manera, digamos, científica. Lo hace desde las emociones y los afectos. Por eso su representación sí es cambiante.
P.¿Se salieron Picasso y Artaud de las convenciones, o las convenciones los rechazaron?
R.Son dos casos muy distintos Artaud tuvo claro que debía mantenerse al margen de las instituciones literarias para escribir. Picasso es en sí la gran institución del arte del siglo XX. Artaud fue un creador difícil, marginal, y Picasso gozó de un enorme éxito comercial. Artaud fue expulsado del grupo surrealista, mientras que Picasso estaba más interesado en generar su propia escuela.
P.¿De verdad Picasso se encontró con el cubismo sin buscarlo? ¿No hay algo de impostura en esto?
R.De entrada, el término cubismo no ayuda demasiado. Pero creo que cuando Picasso dijo aquello de “yo no busco, yo encuentro”, estaba resistiéndose a la idea del cubismo como laboratorio y proceso. Y, sí, el cubismo tiene mucho de investigación de la realidad y su percepción. Eso es fundamental. Lo que sucede es que Picasso era un artista capaz de absorberlo todo y por eso podía parecer reticente a mostrarse a sí mismo como un creador empeñado en llegar a algo.
P.Respecto a las promesas de un arte nuevo que encontramos en estas vanguardias, ¿fueron cumplidas, o traicionadas?
R.Cierta crítica conservadora ha proyectado una imagen del cubismo como un arte fake. Y lo cierto es que si el cubismo asumió el reto de generar a nivel colectivo una nueva percepción de la realidad, solo podemos decir que fracasó. Pero otros críticos consideran que el cubismo delata que sí existen otras formas de percibir la realidad, aunque no se hayan impuesto, y que aquí radica su mayor éxito. En cuanto al teatro de la crueldad, convendría verlo como una estrategia. El arte moderno, la música, el teatro, muestran otra realidad en la que el sentido se rige por valores muy distintos. Esto es un golpe difícil de digerir. A los contemporáneos de Artaud, el teatro de la crueldad les resultaba terrorífico porque su mirada no era aún suficientemente moderna. Y todavía el arte moderno entraña un reto para muchos, por lo que podemos concluir que sus promesas están vigentes.
P.¿Quizá el principal error es acercarse a este arte desde la razón?
R.Así es. El cubismo no es de ningún modo un arte intelectual, aunque buena parte de los retos que plantea sí lo sean. Y en cuanto al teatro de la crueldad, es posible que le encontremos un sentido en algún momento, aunque para ello tendrán que haber caído algunas convenciones pendientes.
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