Josan Jarque | Economista y rentista

"Cualquiera puede vivir de las rentas si tiene cierta disciplina"

Josan Jarque, en uno de sus viajes.

Josan Jarque, en uno de sus viajes. / M. G.

Josan Jarque (Valencia, 1968) y los seguidores de su método le han dado un nuevo giro a la fábula de Esopo. Este licenciado en Economía, que terminó su grado cuando ya trabajaba en una caja de ahorros, ha sido capaz de vivir primero como hormiga y, después, a partir de los 43 años, como cigarra. Sus sueños de viajar o hacer voluntariado se han hecho realidad gracias a ese método, aprendido en comunidad en internet, para vivir sin trabajar. El método, y sus experiencias y reflexiones, las cuenta en Cómo vivir de las rentas (Ediciones Martínez Roca, 2020).

–¿Cuándo empezó a planificar que viviría de las rentas desde los 43 años?

–Ahora la gente tiene mucha suerte porque tiene internet y acceso a lo que llamo el mapa del tesoro: la experiencia de muchísima gente, libros, blogs... En mis tiempos eso no lo había. Yo busqué mi camino por mis medios y también cometiendo equivocaciones. Hubo tramos que tuve que desandar. El método ahora, haciendo las cosas bien, si permite lograrlo con facilidad en 15 años. Yo lo hice toda la vida. Siempre llevé un nivel de vida inferior a mis ingresos. Tuve facilidad para no caer en las trampas del dinero, para no verme esclavizado por la necesidad de dinero. Gastar en aparentar o por poseer, cuando son esas cosas las que te poseen a ti, o caer en el amigo del banco.

–¿Por qué se cae en eso que llama trampas del dinero?

–Hay una carencia importante de cultura financiera. Eso le interesa a los bancos, para endiñar productos financieros a todos.

–¿Vivir de la renta está al alcance de todo el mundo?

–Sin duda. Está al alcance de cualquier persona que sepa tener una cierta disciplina y no caer en las trampas del dinero. Que son trampas psicológicas que nos hacen caer en la carrera de la rata, en la que gastamos todo nuestro salario y no llegamos a final de mes.

–Si he entendido bien su método consiste en vivir con lo que verdaderamente se necesita, ahorrar una parte en la fase productiva y aprender a invertir el ahorro como para vivir igual desde un determinado momento de las rentas. ¿Es así?

–Es así. Pero no caemos en el lonchafinismo. Que es como llamo yo a esa escuela económica que decía que si cortamos las lonchas de chóped más finas nos da para más bocadillos. No tenemos que caer en ser unos rácanos. Basta con vivir por debajo de los ingresos y, desde luego, aprendiendo a invertir, que es algo que nadie nace sabiendo y que si no lo hacemos acabamos cayendo en otra trampa común: dejar que el amigo del banco nos lo invierta.

–Y eso es un problema ¿no? Cuando llegan las crisis, y estamos entrando en una, hay ahorradores que se encuentran con desagradables sorpresas en los productos financieros en los que han confiado.

–Los productos financieros con frecuencia son juegos matemáticos de suma cero. De tal manera que cuanto más interesante es para el banco, más perjudicial es para el cliente. Podemos medir la maldad de los productos financieros en base al empeño con el que intentan endiñarlos los empleados de banca.

–¿Está mal visto vivir de las rentas?

–Hay mucha incomprensión al respecto. Y mucha incredulidad también. Es perfectamente posible hacerlo.

–¿Y no viven de quienes producen, que siguen esclavizados cayendo en las trampas del dinero?

–No. Podría haber gastado en mi dinero en un Ferrari, en medio o en el volante. Pero mis ahorros financian milímetros y milímetros de redes eléctricas, autopistas o gasoductos hechas por empresas que generan riqueza y para hacerlo necesitan el capital. Son necesarias inversiones como las que he hecho.

–¿Si uno sigue el método desde joven asegura una edad madura sin trabajar?

–Si lo sigues desde joven, lo que te permite es alcanzar la independencia financiera y ser libre para hacer lo que quieras. Sea eso seguir trabajando, meterte en política, viajar o hacer películas de autor. La independencia financiera crearía una sociedad de gente más feliz y que estaría mejor repartida.

–¿Dónde está la frontera del capital suficiente para poder vivir de las rentas?

–No hay nada más relativo que establecer el nivel necesario. Para cada persona es distinto. Hay quien pasa el mes con 400 euros y quien no llega con 6.000, por ese efecto que llamamos la carrera de la rata. Da igual cuánto dinero ganes. Para mucha gente nada es suficiente.

–¿El método no lo fija?

–No. Porque depende de muchas cosas. Decimos que se tarda en conseguirlo entre 10 y 25 años, dependiendo de tu capacidad de ahorro y del nivel en el que satisfaces tus necesidades.

"Si tuviese más dinero no haría más cosas, el factor limitante es el tiempo, que es mucho más valioso"

–¿Detrás de este movimiento que ha plasmado en su libro hay una guerra al consumismo?

–No. En absoluto. Lo que es importante es tener una buena relación con el dinero, que es indispensable para sobrevivir. A partir de cierto nivel, tener más dinero no nos cambia absolutamente nada. Y ese nivel tampoco es tan elevado. Aunque tuviese mucho más dinero, tampoco haría más cosas de las que hago. Llega un momento que el factor limitante es el tiempo, que es mucho más valioso que el dinero.

–¿El mayor valor logrado con esta vida es el tiempo?

–Sin duda. Ser libre de tu tiempo. La mayoría vende buena parte de su tiempo, junto con su esfuerzo, para ganar dinero. Y la trampa es tal que mucha gente va corriendo de un lado a otro y no llegan a final de mes.

–¿Cuánto tiempo dedica a asegurar el sustento?

–Poco. Unos 20 días al año. Tengo una cartera de acciones con buen dividendo que no necesita mucha atención. Aunque me gusta mucho la actualidad de la economía. Pero leer la prensa no es un trabajo.

–¿Es un buen momento para seguir su método?

–Las crisis son fuentes de oportunidades tremendas Permiten comprar acciones de empresas consolidadas y que dan buen dividendo a precio de saldo. O computar pérdidas fiscales al hacer la declaración de la renta.

–Con la esperanza actual le queda media vida, ¿espera vivirla así?

–Este método permite que las rentas sean crecientes. Porque pese a las crisis, la economía siempre acaba creciendo. En el último siglo calculo que a una media de entre el 2% o 3% por año.

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