Robert Good | Presidente del patronato Save The Children España e Internacional

"El freno a la natalidad está en la pobreza"

"El freno a la natalidad está en la pobreza"

"El freno a la natalidad está en la pobreza" / víctor rodríguez

Save The Children cumple cien años con un inglés nacionalizado irlandés al frente del patronato de España y, de modo interino, de su matriz internacional. Robert Good (Southampton, 1952) conoce Andalucía desde hace décadas. La primera vez aterrizó en el aeropuerto de Jerez en un Aviaco, cuando los pilotos preferían la guía del hombre de la capa negra del licor que la de los antiguos radares. Su tarea consiste en ahondar en la salud, la educación y la protección de la infancia, los grandes retos de una asociación centenaria que puede sacar pecho por su trayectoria.

-Ha surgido cierta polémica con la sigla MENA (menor extranjero no acompañado).

-Es un concepto técnico que ha cobrado controversia porque hay una intencionalidad política de acusar al menor de delincuente simplemente por ser inmigrante. Eso es un camino peligroso e inadmisible, aunque el concepto sea meramente técnico.

"Un menor tarda hasta tres años en llegar desde Guinea a Melilla, es casi mejor no saber qué le ha pasado"

-¿Cuándo se deja de ser niño? ¿Al adquirirse el derecho de sufragio, a la edad en la que uno puede casarse y formar una familia o cuando se puede ir a un bar a pedir un whisky?

-Es otro término técnico. Consideramos niño a la persona que no ha cumplido 18 años, algo ligado a los derechos incluidos en las legislaciones.

-¿Por qué nacen cada vez menos niños?

-El principal obstáculo son las dificultades económicas de las parejas. No es un misterio, donde no hay medios para acceder a una vivienda o no se tiene seguridad en el trabajo es muy difícil. El freno a la natalidad está en la pobreza, lo que provoca además un importante problema demográfico.

-¿La pobreza se hereda?

-Nuestra lucha más importante es contra la transmisión de la pobreza intergeneracional. Barrios pobres, desempleo, familias monoparentales, falta de seguridad y falta de vivienda condicionan que haya niños en situación de riesgo. Hay que romper con esa herencia. La pobreza infantil condena a una vida de exclusión.

-¿Cómo puede evitarse ese círculo vicioso?

-Fortaleciendo la educación hasta los seis años y asegurando que el niño llegue a esa edad con una educación de calidad: que sepa sumar, escribir, leer...

-¿Ayuda la renta mínima de inserción?

-Sí. Estamos pidiendo que a la renta mínima se asocie además una prestación por hijo a cargo y específica para la infancia.

-Con estas tasas de natalidad se piensa que la llegada de personas extranjeras puede ayudar a revertir el abombamiento de la pirámide poblacional.

-La llegada de inmigrantes integrados en la sociedad forma parte de la gran solución demográfica de España, sin duda.

-¿Por qué el rechazo al extranjero?

-A menudo se debe a la ignorancia y al miedo. Y eso lo sabemos bien en España, que hemos sido un país emigrante desde la llegada a América en el siglo XVI hasta la emigración a Europa en el XX. El oriundo no entiende el idioma extranjero y aparece la sospecha y la amenaza, que puede acentuarse a causa de la competencia por el puesto de trabajo. Debemos aprender que el extranjero no es una amenaza sino un apoyo.

-En los centros de acogida de España hay unos 12.000 extranjeros menores de edad tutelados por la Administración hasta que son adultos. ¿Qué suelen hacer al cumplir 18 años?

-Es un gran problema. No todos tienen los papeles en orden para salir y buscar un trabajo, vivir una vida normal para integrarse en la sociedad.

-¿Se quedan en España?

-No hay datos de los llamados menores desaparecidos. Al estar en régimen abierto, un menor se puede ir del centro sin estar obligado a volver. Muchos van a otras ciudades de Europa, donde se reúnen con las familias. Debería haber un sistema que asegurase la seguridad de los traslados y que escuchase su opinión. Si quiere llegar a Holanda, debería asegurarse que el niño alcance su destino.

-Habrá niños y adolescentes emigrantes que llegan a España habiendo visto más cosas que incluso los más viejos del lugar.

-Sin duda. Además de darles ropa, de beber y de comer, también tienen enormes necesidades psicológicas y jurídicas. Son menores a los que les han ocurrido cosas que pueden pasarles factura cinco años o diez más tarde y posiblemente el resto de su vida. Abogamos por una atención total.

-Hay menores de edad que vienen casados, con hijos y con otras cicatrices de guerra.

-Quién soy yo para describir los horrores que viven. Nadie sale de su país por su propia voluntad. Suelen hacerlo por motivos económicos o por escenarios de guerra. Tardan hasta dos o tres años en llegar desde sus casas, en Guinea Ecuatorial o Guinea Conakri, a Melilla. ¿Qué les puede haber pasado durante esos años? Casi mejor no saberlo.

-¿Qué se le pasa por la cabeza a alguien que mata a su hijo por hacerle daño a su pareja?

-En Save The Children abogamos por que los menores sean considerados víctimas de violencia de género y que, por lo tanto, figuren en una próxima redacción de la ley con los mismo derechos y con la misma protección que se contempla para las mujeres que son víctimas de violencia. La muerte de un niño en esa circunstancia es un fracaso de la sociedad.

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