Lucía Galán. Pediatra

"El sentimiento de culpa es nuestro peor compañero de viaje"

Lucía Galán.

Lucía Galán. / M. G.

Lucía Galand Bertrand (Oviedo, 1978) es Lucía, mi pediatra. La maternidad cambió su manera de vivir y sentir su profesión. Desde entonces trabaja en Alicante, donde ha fundado y dirige el Centro Creciendo. Ha publicado seis obras más con más de 50 reediciones, imparte conferencias y es colaboradora habitual en medios de comunicación. Su labor de divulgación ha sido reconocida con premios por su compromiso con la evidencia científica.

-Pediatra, escritora, divulgadora, madre... ¿Cómo llega a todo?

-No llego a todo. Ésa es la realidad. No conozco a nadie que lo haga, jejeje… Pero he aprendido a bajar mis expectativas. Soy menos exigente. Acostarme tranquila cada noche es una de mis prioridades. Nos han vendido el ideal de que somos multitarea y, aunque lo somos, nuestra salud mental no es la misma cuando haces una cosa detrás de otra que todas a la vez. Hay días en los que soy una divulgadora maravillosa pero no he podido preparar una cena en condiciones; otros soy una madre genial pero no he podido contestar un mail y hay días en los que he sido una estupenda pediatra pero llego agotada a casa… Intento no sentirme culpable. Creo que ése es el secreto.

-¿Existe la conciliación?

-Existe mucha más conciliación que hace 15 años, cuando nació mi primer hijo. Con una baja paternal de tres días, ya me dirás… Pero lo cierto es que aunque hemos avanzado, queda muchísimo por hacer.

-¿Cuál es la mayor mentira contada a madres y padres?

-Que educar a un hijo es tarea fácil. Y no, no lo es. No hay mayor responsabilidad que ésta; y, sin desaminar a nadie, no hay etapa fácil, todas son difíciles aunque todas son transformadoras. Ser madre o padre nos hace mejores personas. Nuestro cerebro cambia, así lo evidencian recientes estudios de neurociencia, pero además nos vuelve más empáticos, generosos, sensibles, tolerantes… Tener hijos nos descubre el significado del amor incondicional y esto, además de maravilloso, es inmensamente poderoso.

-¿Sigue estando vigente el estereotipo de la supermadre o 'superwoman'?

-Sí, claro. Esta pregunta que tantas veces me han hecho y con la que hemos empezado, "¿Cómo llegas a todo?", nace de esa idea. Se nos sigue exigiendo perfección y excelencia en todo lo que hacemos y esa visión, además de irreal, es dañina porque ataca directamente a nuestra autoestima.

"No hay mayor responsabilidad que educar a un hijo; no hay etapa fácil aunque todas son transformadoras”

-¿Olvidamos el cuidado de madres y padres?

-Sí, sobre todo en los primeros años. Estamos tan enfocados en el cuidado y bienestar de nuestros hijos que nos olvidamos del nuestro propio y esto, a la larga, nos pasa factura. Para cuidar has de cuidarte.

-Si los padres están bien, ¿los hijos también lo están?

-Si los padres están bien, nuestros hijos, que se reflejan en nosotros cada día, estarán bien, o al menos si circunstancialmente están pasando por un mal momento, tendrán la certeza que a nuestro lado estarán mejor. Uno de los mayores legados que podemos dejar a nuestros hijos es la certeza de que, pase lo que pase, pueden contar con nosotros.

-¿Qué hacemos con la culpa?

-Trabajarla. No queda otra. El sentimiento de culpa es el peor compañero de viaje que podemos tener. No aporta nada y hace un daño tremendo. En Eres una madre maravillosa ahondo en este tema que yo misma he tenido que trabajar y que vivo cada día en mi consulta. Las madres siguen viniendo abatidas, frustradas y con una culpa que las devora. Culpable por no llegar a todo, culpable por no tener tiempo para ellas, culpable por no pasar más tiempo con sus hijos, culpable por trabajar, culpable por no trabajar, culpable por separarse, culpable por volver a enamorarse, culpable por las dificultades que presentan sus hijos… Y esto no es culpa de nadie, es la vida.

-¿Qué falso mito sobre la salud infantil perdura por más años que pasen?

-Si empezamos a hablar de mitos, no acabamos (risas). Mi preferido es "no camines descalzo que te vas a resfriar". Que no, que los virus no entran por los pies. Caminar descalzo no hace que te resfríes, sólo que se ponen las plantas de los pies como el carbón.

-Niños y pantallas. ¿Cómo abordar este tema tan complicado?

-Según la OMS y las asociaciones científicas, los niños menores de dos años no deben estar expuestos a ningún tipo de pantalla. No es bueno para su neurodesarrollo. Los niños no deberían estar más de una hora al día conectados, ni más de dos en los adolescentes. Con éstos es tarea imposible porque, entre otras cosas, ya pasan mucho tiempo sin nosotros. Pero durante la infancia, esos tiempos de exposición sólo dependen de nosotros; deberíamos poner unos horarios y establecer normas y límites claros.

-¿Ponemos hoy menos límites que nuestros padres?

-Hemos pasado de una educación autoritaria a una educación excesivamente permisiva con una ausencia, en muchos casos, de unos límites claros. Las causas las desconozco, quizá este nivel tan exigente en el mundo laboral en padres y en madres ha hecho que hayamos invertido menos tiempo en esta parte tan importante de la educación en los hijos. También puede influir la disminución de la tasa de natalidad: en las familias numerosas, o hay disciplina y límites o es un caos.

-La pandemia también ha puesto de manifiesto la importancia de la salud mental. ¿Están los menores "olvidados" en este aspecto?

-Quizá olvidados por la administración, pero no por los sanitarios que trabajamos con ellos. El problema que es que no hay recursos materiales ni humanos y la pandemia no ha hecho más que evidenciar una situación que ya agonizaba. España cuenta con una de las tasas más bajas de Europa de psiquiatras y psicólogos; tenemos unas listas de espera en las unidades de salud mental inadmisibles y el acceso a la salud mental termina siendo un lujo para quien se lo pueda permitir.

-Habla de "coleccionar momentos". Respecto al tiempo, ¿calidad o cantidad?

-Esto es una pregunta trampa, jejeje. Yo prefiero calidad siempre. Pero para coleccionar momentos de calidad hace falta tiempo.

-Por último, un consejo de oro para primerizos

-Disfrutad de cada etapa, no os exijáis tanto, cuidad de vuestro hijo sin olvidaros de vosotros. Vivid este viaje como un aprendizaje continuo. Lo más importante para él es sentirse cuidado, protegido, respetado y amado de forma incondicional.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios