España

Enfado y perplejidad de barones socialistas tras el pacto con Bildu

  • Montesinos se pregunta si los socialistas también les a van a culpar de la muerte de Kennedy

  • Montero niega una crisis en el Gobierno y alega que "trabaja a destajo"

Barones socialistas observan el pacto con Bildu para la derogación de la reforma laboral con enfado en unos casos y perplejidad en otros, pero optan por cerrar filas en torno a su portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, firmante del acuerdo, para no generar más crispación y enfrentamiento.  

A 48 horas de que la polémica salga de nuevo a colación en la habitual conferencia de presidentes, que tendrá lugar el lunes, los dirigentes territoriales mantienen una estrategia de prudencia, pero, de puertas para adentro, según han informado a Efe este viernes fuentes socialistas, abunda el enfado por un acuerdo "innecesario, que sólo incorpora a Bildu en la foto". 

El más beligerante ha sido el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, que ha rechazado rotundamente el pacto y ha subrayado que lo que se consigue "en base a la extorsión o la tortura política" no tiene validez. 

Aunque ha mostrado su apoyo al Gobierno, García Page ha avisado que da "por no hecho" el acuerdo firmado por los portavoces parlamentarios de PSOE, Unidas Podemos y Bildu, ha apelado a reconstruir puentes y consensos "mirando con luz larga" y, en ese escenario, ha pedido que se tome a Ciudadanos de ejemplo. 

Mirando a Ciudadanos

También a Ciudadanos ha apuntado el presidente de Aragón, Javier Lambán. El dirigente aragonés ha dejado entrever su malestar y ha hecho hincapié en que los acuerdos que comparte son aquellos que se hacen "con los partidos que creen en España y en el futuro común de los españoles", citando, en concreto, al partido de Arrimadas y al pacto logrado para apoyar la prórroga del estado de alarma. "Más que el virus, me preocupa la política nacional para combatir los efectos de ese virus", ha señalado Lambán, que no ha querido entrar en críticas al pacto para no generar más crispación y enfrentamiento. "Me contradiría a mí mismo ", ha precisado. 

Desde Canarias, el presidente socialista Angel Víctor Torres ha pedido al Gobierno que aclare el contenido del acuerdo entre PSOE, Unidas Podemos y Bildu, en concreto sobre la posibilidad de criterios de financiación y endeudamiento específicos en el País Vasco y Navarra. 

"No es imaginable que exista una fórmula de financiación distinta para unos y para otros", han señalado desde el Ejecutivo canario, que ha recibido con "sorpresa" el acuerdo firmado por los tres portavoces parlamentarios. 

Esto se debe a que en el acuerdo firmado, además de la derogación "íntegra" de la reforma laboral del PP, que luego se rectificó y pasó a ser de los aspectos más lesivos, se contempla una mayor capacidad de endeudamiento para el País Vasco y Navarra, y de gasto en políticas públicas. 

El Gobierno socialista de Torres está especialmente enfadado con este asunto, una vez que Canarias, con una economía en crisis por la falta de turismo, lleva más de dos meses pidiendo que les dejen gastar el superávit sin obtener respuesta, derecho que ahora se concede a dos comunidades con elevada renta per cápita. 

Más parco en sus declaraciones ha sido el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig. No obstante, el dirigente valenciano ha dejado claro al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que el nuevo marco laboral que rija en España se debe hacer desde el acuerdo y no se puede obviar, en ningún caso, el diálogo social. 

En la línea con esa estrategia de prudencia se ha situado el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, que mantiene una relación muy cercana con la portavoz socialista, la también asturiana Adriana Lastra, a la que considera una aliada para la "agenda" de la comunidad. 

Sobre el pacto, Barbón ha dicho que prefiere centrarse en la derogación de la reforma laboral como una cuestión incluida en el programa de Gobierno entre PSOE y Unidas Podemos, y no con quién se ha alcanzado el pacto, en referencia a EH Bildu. "Yo no me quedo en el quién, sino con el qué", ha señalado el jefe del Ejecutivo asturiano. 

También en esta idea ha incidido la presidenta de Navarra, María Chivite que ha considerado que "no hay que ver tanto con quién sino para qué; y, si las medidas son buenas, lo son independientemente de con quién se firme". 

No obstante, Chivite ha dado un paso más y a quienes critican el pacto con Bildu, les ha recordado que en la comunidad foral Navarra Suma (UPN, PP y Cs) pactó con EH Bildu medidas que afectan a los autónomos y a la financiación de las entidades locales, "y eso no ha llegado a las portadas de los periódicos". 

Para la presidenta de La Rioja, Concepción Andreu, el asunto de la derogación de la reforma laboral está incluido en el programa electoral y en el pacto de Gobierno con Unidas Podemos y, por tanto, "sigue vigente". 

Sobre el pacto con Bildu, Andreu ha dicho que no tiene nada que comentar. 

Entre quienes tampoco han querido hacer declaraciones sobre este asunto están la presidenta balear, Francine Armengol, y el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara

Las últimas declaraciones de Fernández Vara se remontan al Consejo de Política Territorial. Entonces y en línea con algunos de sus homólogos territoriales, Vara echaba de menos el centro político que, a su juicio, ha desaparecido para los pactos y el entendimiento.

Montero culpa al PP 

El Gobierno culpa al PP de dejarlo solo y mirar para otro lado con la aprobación de la última prórroga del estado de alarma y obligarle a buscar apoyos en otros grupos como EH-Bildu, a pesar de la perplejidad y el enfado que el acuerdo con los abertzales ha generado en algunos barones socialistas.

Los populares desdeñan esas críticas, y su vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos, se ha preguntado este viernes, con cierto sarcasmo, si el Gobierno también les va a responsabilizar de la muerte de Kennedy, cuando es Pedro Sánchez quien cerró un pacto con un partido que no ha condenado a ETA.

Pese a ello, la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, ha defendido este viernes el pacto porque, a su juicio, con la situación de crisis que vive España no pueden permitirse “vetos contrapuestos” y es necesario “amarrar apoyos” para defender la salud de los españoles.

Así, ha recriminado la “dinámica de negociación imposible” de quien ha votado que no “con los dedos cruzados”, con la esperanza de que saliese adelante el estado de alarma, pero sin su apoyo.

Una actitud que también ha reprochóadoa algunos partidos de izquierda, en referencia a sus socios de ERC, a los que, eso sí, no ha citado.

No ve Montero crisis interna en la coalición de Gobierno después de las interpretaciones opuestas sobre la derogación de la reforma laboral ofrecidas en las últimas horas por el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, y la vicepresidenta tercera y ministra de Economía, Nadia Calviño.

Para la portavoz del Gobierno, éste es fuerte y está unido pese a quien pese” y van “todos a una”, aunque reconoció que hay “distintas sensibilidades”. Ha atribuido las posibles diferencias a que “trabajan a destajo, 24 horas al día prácticamente”, y no todos conocen “al momento o al detalle” las tareas en las que se encuentran otros.

Montero también ha querido calmar al PNV, habitual apoyo parlamentario del Gobierno, después de su pacto con sus adversarios electorales en el País Vasco, y ha remarcado que el Ejecutivo tiene un acuerdo estable con el PNV, mientras que el de Bildu es “particular y puntual” y no tuvo más alcance que el de recabar apoyos a la prórroga del estado de alarma.

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