España

Torra da el primer golpe en la mesa bilateral entre Moncloa y Generalitat

  • La delegación catalana se ha saltado el acuerdo de que el foro que arranca este miércoles fuera entre gobiernos y sienta a un imputado por el 1-O

  • No habrá decisiones de calado hasta que se saquen los Presupuestos y haya un nuevo 'Govern'

Pedro Sánchez y Quim Torra, durante la reunión que mantuvieron en el Palau de la Generalitat  el pasado 6 de febrero.

Pedro Sánchez y Quim Torra, durante la reunión que mantuvieron en el Palau de la Generalitat el pasado 6 de febrero. / Alberto Estévez (EFE)

"Lo importante es que el diálogo se abra paso pese a aquellos que no creen en él y que lo obstaculizan". Pedro Sánchez confía en que la interlocución con la Generalitat sea algo más que un brindis al sol. La mesa bilateral  arrancará este miércoles por la tarde en el Palacio de la Moncloa con un futuro incierto y un creciente ruido de fondo a la derecha, que no espera del Ejecutivo socialista soluciones para el "conflicto catalán" sino concesiones a los independentistas para dilatar de cualquier manera su estancia en el poder con su precaria mayoría.

Mesa de negociación independencia de Cataluña Mesa de negociación independencia de Cataluña

Mesa de negociación independencia de Cataluña / Dpto. de Infografía

El Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos está cogido con los alfileres de ERC, que con el decisivo apoyo de sus 13 diputados en el Congreso de los Diputados posibilitó la investidura de Sánchez, al que le sigue teniendo cogido por las solapas de cara a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, indispensable para que el bloqueo de los últimos años pase definitivamente a la historia y el líder socialista siga en el machito.

La mesa todavía no se ha puesto en marcha, pero Quim Torra parece llevar la voz cantante. El jefe del Gobierno catalán ya ha obligado al del central a aplazar un par de días el estreno, pues Sánchez pretendía celebrarlo este pasado lunes 24 de febrero. Torra se negó "por razones de carácter personal y privado". En una carta al líder socialista, le recriminó que "el diálogo no ha comenzado con buen pie" al haber propuesto la fecha a través de los medios de comunicación y sin haberla consensuado antes con él.

Acuerdo PSOE-ERC del 3 de enero

Torra quiere marcar el paso y el ritmo. Y también ha empezado a saltarse a la torera los términos del acuerdo que presentaron ERC y el PSOE el pasado 3 de enero para que los republicanos auparan a Sánchez al poder. El punto 2 establecía la creación de una mesa bilateral de diálogo, negociación y acuerdo para la resolución del conflicto político, "que partirá del reconocimiento y legitimidad de todas las partes y propuestas y que actuará sin más límites que el respeto a los instrumentos y a los principios que rigen el ordenamiento jurídico democrático".

Un punto especialmente criticado por PP, Ciudadanos y Vox, que subrayan que Sánchez no hace una mención expresa a la Constitución a instancias de sus interlocutores, lo que interpretan como una cesión más a los secesionistas.

La composición de la mesa ha levantado la última polvareda antes de su estreno. El acuerdo entre PSOE y ERC establece que la formarán "el Gobierno de España y el de la Generalitat de Cataluña. Se establecerán las delegaciones de forma paritaria y con los miembros que ambas partes decidan". Un punto que Torra se ha saltado a la torera, puesto que la delegación catalana, que encabezará él mismo junto a su vicepresidente, Pere Aragonès (ERC), estará formada por otros dos consellers -Jordi Puignerò (Políticas Digitales) y Alfred Bosch (Acción Exterior)... Aquí se agota la nómina del Govern.

Torra, fiel a su idea de que los presos independentistas y los "exiliados" formen parte del equipo negociador, ha decidido situar a dos personas de la máxima confianza de su antecesor al frente de la Generalitat, Carles Puigdemont, prófugo en Bélgica.

Se trata de Josep Rius, que fue jefe de gabinete de Puigdemont, y Elsa Artadi, que fue su mano derecha en la elaboración de la candidatura de los comicios del  21 de diciembre de 2017 y ocupó la cartera de Presidència.

Un imputado por el 1-0 en la mesa

Completan la terna los dirigentes de ERC Marta Vilalta y Josep María Jové. Otro trágala para Sánchez, que tendrá enfrente de la mesa al que fuera número dos de Oriol Junqueras en el departamento de Economía en su etapa como vicepresidente del Govern. Jové, es uno de los investigados por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña por el referéndum ilegal del 1-O y es considerado uno de los "arquitectos del procés", tras el hallazgo en su vivienda por parte de la Guardia Civil de una agenda Moleskine en la que se recogían los posibles escenarios para llevar a cabo la declaración unilateral de independencia.

La vicepresidenta de Economía, Nadia Calviño, ha dejado patente el malestar por la composición de la delegación de la Generalitat. "Lo correcto es que en una mesa entre gobiernos, los representantes formen parte de los gobiernos", afirmó este lunes. El PSC ha mostrado incluso su "decepción" por lo que considera una terna diseñada más para contentar a las diferentes familias del independentismo que "en el interés general". 

La mesa bilateral arrancará este miércoles a las 16.30 horas en Moncloa. Sánchez estará arropado por la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo; el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias; y los ministros María Jesús Montero (portavoz), Salvador Illa (Sanidad), Carolina Darias (Política Territorial y Función Pública), Manuel Castells (Universidades), y José Luis Ábalos (Transportes).

El foro va a arrancar con la parte catalana más crecida y marcando la agenda de una negociación que, en el mejor de los casos, va a ser larga y complicada. A los soberanistas les faltara tiempo para poner sobre la mesa el reconocimiento del derecho de autodeterminación de Cataluña y de la amnistía de los nueve condenados por organizar el procés. Torra planteará asimismo el nombramiento de un mediador internacional, el llamado relator, para supervisar las negociaciones. 

Rehabilitación de Puigdemont

El jefe del Govern también expondrá a Sánchez el reconocimiento de todas las partes en el conflicto, incluyendo prisión y exilio. En cristiano: la rehabilitación política de Puigdemont, como ya lo hizo aquel con el propio president, a quien el Supremo ha confirmado el año y medio de inhabilitación por un delito de desobediencia al negarse a cumplir la orden de la Junta Electoral Central de retirar, en plena campaña electoral, pancartas a favor de los políticos presos del balcón del Palau de la Generalitat.

La mesa se pone en marcha lastrada por la incógnita de la aprobación de los Presupuestos de Sánchez e Iglesias. Hasta que el presidente del Gobierno no tenga garantizada la estabilidad con su  aprobación y Cataluña no cuente con un nuevo Ejecutivo no puede esperarse mucho, nada, de ella.

ERC y JxCat están en plena precampaña y cada vez más distanciados. La falta de sintonía entre los dos actores fundamentales del  independentismo es creciente. En la retina quedan y en la hemeroteca brillan las "155 monedas de plata" de Gabriel Rufián a Puigdemont cuando el entonces presidente de la Generalitat, sopesó convocar elecciones en Cataluña para evitar la aplicación del artículo 155. Pese a que el ahora portavoz de ERC quitó hierro al asunto, la interpretación es unánime: el dirigente de Esquerra se refería al jefe del Govern como un Judas, un traidor. Este otoño, en medio de las manifestaciones y protestas por la sentencia del procés en Barcelona, Rufián fue increpado por un grupo de independentistas al grito de "botifler" (traidor) y le conminaron a irse a Madrid.

Uno de los últimos frentes abiertos entre los dos socios del Govern lo protagonizó la retirada del acta de diputado de Torra, que fue avalada por el presidente del Parlament, Roger Torrent (ERC). Fue la puntilla para la legislatura catalana.

El relator, indispensable para JxCat, tampoco es una condición inquebrantable para ERC. Por no hablar del respaldo de los republicanos a la investidura de Sánchez. "No nos parece una muestra de lealtad ni hacia el Gobierno autonómico ni hacia el presidente de la Generalitat", tronó Laura Borràs, la líder de JxCAT en el Congreso.

Todos a la mesa, pero de momento está coja. Las dos partes podrán dar muchos golpes sobre ella, pero los primeros han sido de Torra. Habrá que desgastar mucho los codos y sacar los Presupuestos y formar un nuevo Govern (aún no hay fecha para las elecciones autonómicas) hasta que se firmen decisiones de calado para Cataluña y para el resto de España. 

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