Tribunales

Audiencia Nacional: El ex párroco de Lemona no enalteció el terrorismo de ETA en un documental

Mikel Azpeitia en el documental

Mikel Azpeitia en el documental

La Audiencia Nacional ha considerado que las declaraciones que hizo en 2020 el entonces el párroco de Lemona (Vizcaya) en un documental sobre ETA, no trataban de enaltecer el terrorismo y ha resuelto sobreseer la querella que interpuso contra él la Asociación Dignidad y Justicia (DyJ).

Un auto de la Audiencia Nacional fechado el 8 de noviembre ha resuelto terminar el proceso contra ese sacerdote y por ello el Foro de curas de  Vizcaya ha pedido al actual obispo de Bilbao Joseba Segura, y su predecesor en el cargo Mario Iceta, que le pidan perdón públicamente por haberle apartado su ejercicio.

En octubre de 2020, Dignidad y Justicia presentó una querella contra Mikel Azpeitia, párroco de ese municipio vizcaíno, al estimar que sus declaraciones en el documental Bajo el silencio justificaban el terrorismo de ETA y humillaban a sus víctimas. Azpeitia expresó que "no era terrorismo, sino una respuesta a una represión" y una "guerra entre bandos".

Esa agrupación instó a la Conferencia Episcopal a que suspendiera de manera inmediata al sacerdote de todas sus funciones relacionadas con la iglesia católica.

El sacerdote pidió perdón a las víctimas por sus "desafortunadas" palabras, si bien el Consejo Episcopal de la Diócesis de Bilbao rechazó sus declaraciones y consideró que debía asumir las consecuencias legales que de ellas se derivaran, según señalaron Mario Iceta, como obispo de Bilbao y Joseba Segura, como obispo auxiliar, entre otros miembros de ese Consejo, que le retiraron de "los oficios eclesiásticos".

El Foro de curas de Bizkaia preguntó entonces si los obispos habían "tomado esa decisión después de haber visionado toda la entrevista y teniendo bien claro que no se habían entresacado, de manera interesada, escasamente siete minutos y medio de unas declaraciones que, al parecer, duraron más de dos horas", si bien no obtuvo respuesta.

Rechazaron entonces "los juicios de valor emitidos" sobre una posible justificación de la violencia en ese testimonio y aseguraron "la trayectoria pastoral" del denunciado reflejaba lo contrario y que nunca había tenido "problema alguno en condenar la violencia y el terror".

Este grupo de curas ha explicado este domingo que la resolución judicial ha determinado que las declaraciones del párroco "no implican, ni directa ni indirectamente, un mensaje inequívoco a la violencia ni una aprobación de su uso".

El auto ha concluido que tampoco supuso "un discurso del odio que pueda llegar a crear un peligro o riesgo ni concreto ni abstracto para la seguridad colectiva", por lo que las actuaciones judiciales quedan sobreseídas.

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