Elecciones

Políticas activas de empleo

Pedro Sánchez, a su llegada a Ferraz

Pedro Sánchez, a su llegada a Ferraz / Efe

Políticas activas de empleo y un lío en la oferta de ministerios. De aquellas dos negociaciones fallidas, las elecciones de ayer. ¿El resultado? Las izquierdas han perdido siete escaños en poco más de seis meses. La escuálida suma de Íñigo Errejón no ha restado, pero tampoco ha sumado, los votantes de izquierdas no han regalado a Pedro Sánchez la mayoría que quería y Pablo Iglesias es quien más desfaste sufre.

Se podría haber convertido en un fracaso, pero es una segunda oportunidad. Están condenados a entenderse si no quieren una gran coalición del bipartidismo o volver a votar, otra vez, en 2020. La última vez que se acercaron unas terceras elecciones al PSOE le reventaron las costuras y Pedro Sánchez salió magullado de Ferraz para recorrer el país en su coche.

Errejón cuenta en sus entrevistas que Más Madrid evolucionó en Más País por la incapacidad de Sánchez e Iglesias para ponerse de acuerdo y lograr una investidura. El fundador de Podemos no lo ha reconocido nunca o, quizás, no es consciente, pero su espejo era Andalucía.

Si la fragmentación de las derechas permitió un cambio histórico en San Telmo, ¿por qué no iba a ocurrir lo mismo a nivel estatal? No ha ocurrido, pero tampoco han saltado las alarmas a pesar de que la intentona de Errejón ha quedado desdibujada y la duda es saber si los votos de Más País han restado escaños que podrían haber sido muy valiosos para el bloque de izquierdas

¿Y ahora qué? En primer lugar, dos ex socios, compañeros y amigos que se han distanciado hasta el punto de enfrentarse en unas elecciones tienen que ponerse de acuerdo, pero el papel de Más País queda cerca de la irrelevancia.

La duda está en ver qué pasa entre dos políticos que se llaman mutuamente socios preferentes, pero no han sido capaces de llegar a un acuerdo en los cuatro años que llevan negociando. “Mi relación con Pedro Sánchez es buena”, desveló Pablo Iglesias hace una semana. También dijo que se llevaba mejor con Pablo Casado.

Cuando las derechas suman, hay gobierno. Si las izquierdas sumaran, habría dudas. El problema para sus intereses es que no suman, aunque la debacle de Ciudadanos y el aguante rocoso del PSOE permite que el bloque de las izquierdas supere a las derechas. Sólo se acercan al número mágico –176– con una hidra soberanista que ahora suma una nueva cabeza, la de la CUP.

Poco antes de que empezaran a conocerse los datos oficiales del escrutinio, el líder de IU Alberto Garzón se mostró confiado en que el bloque de izquierdas podría “impedir un gobierno de las derechas”. El primer intento caducó en septiembre y el nuevo Congreso cambia más en el lado derecho que en el izquierdo. Y han llegado hasta aquí por las políticas activas de empleo. ¿Cuál será el obstáculo en las futuras negociaciones?

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