La provincia de Cádiz ha dado carpetazo a la campaña electoral más anómala que se recuerda desde que se reinstauró la democracia hace ya más de 40 años. Y es que este proceso electoral ha estado condicionado en parte por una Semana Santa que lo eclipsó en su primer tramo, pero también por la presencia por vez primera de hasta cinco opciones políticas que, ahora sí, cuentan con muchas posibilidades de alcanzar algunos de los 13 escaños (nueve al Congreso y cuatro al Senado) que se repartirán en esta provincia la noche del domingo.

Con un general de Infantería de Marina y un ministro del Interior como grandes animadores, la campaña llega a su fin prácticamente como empezó y como se ha desarrollado en esta circunscripción, sin la presencia de líderes nacionales de primer nivel y sin actos públicos de especial relevancia. Sólo el PSOE en Cádiz y Vox en San Fernando apostaron ayer por reunir a sus afiliados en sendos mítines. Por el contrario, el PP, Unidas Podemos y Ciudadanos optaron por ruedas de prensa y paseos informativos para intentar arañar sus últimos votos.