Memoria histórica

Los alcaldes se debaten entre las dudas, la perplejidad y la resistencia ante la orden de retirar vestigios franquistas

  • El Gobierno ha pedido a 656 ayuntamientos que retiren los vestigios del franquismo que pudieran quedar en sus municipios, tras detectarse que destacadas figuras de la dictadura dan nombre todavía a 1.171 calles y plazas.

Águeda del Caudillo, que ya cambió su nombre.

Águeda del Caudillo, que ya cambió su nombre.

Esta semana la Dirección General de Memoria Histórica hizo público que había solicitado a 656 ayuntamientos la eliminación de los vestigios del franquismo que pudieran quedar en sus municipios, tras detectar el Instituto Nacional de Estadística (INE) que destacadas figuras de la dictadura dan nombre todavía a 1.171 calles y plazas.

Son muchos, sin embargo, los alcaldes consultados por Efe que se muestran extrañados por aparecer en ese listado, rememoran las actuaciones realizadas y temen que los datos del INE no estén actualizados.

En una nota aclaratoria, Justicia ha explicado que ha elaborado su lista a partir del callejero censal que maneja el instituto y que en la carta enviada a los alcaldes se pide la retirada "en caso de que hubiera" simbología de exaltación del franquismo en el municipio.

Perplejidad, dudas y resistencia

Los ayuntamientos señalados por Justicia por mantener posibles vestigios del franquismo se mueven entre la perplejidad, convencidos de que ya han retirado todos los recuerdos de la época; las dudas ante determinados personajes que dan nombre a sus calles; y la resistencia a aplicar la ley de memoria histórica.

Ya antes de la aprobación de esa ley, en 2007, habían desaparecido muchas avenidas del Generalísimo o plazas del Caudillo, pero en el callejero del país persisten numerosas referencias al franquismo y continúan sin retirarse placas y escudos con simbología de la época.

Llanos del Caudillo. Llanos del Caudillo.

Llanos del Caudillo.

Los que no quieren

El alcalde del municipio ciudarrealeño de Llanos del Caudillo, el popular Andrés Antonio Arroyo, recuerda que en 2004 hubo una propuesta de modificación del nombre del pueblo que fue rechazada por más del 70% de los vecinos y también que ha ganado un recurso contencioso administrativo que le permite mantener su denominación completa.

En situación parecida está Alberche del Caudillo (Toledo), cuya alcaldesa, Ana Rivelles, opina que en la localidad no hay ningún símbolo franquista y sostiene que "el nombre del pueblo no tiene nada que ver con vestigios".

Beade, en Orense, es uno de los mayores reductos de la simbología franquista en Galicia, pero su alcalde desde 1974, Senén Pousa, conocido por tener hace años símbolos franquistas en su despacho y la melodía del Cara al sol como tono de móvil y también por organizar todos los años una misa en honor al dictador, ha declinado hacer declaraciones sobre este asunto. Ahí sigue la Calle del Caudillo.

En la localidad de Puerto de Vega, en el concejo asturiano de Navia, existe una placa de Patronato Francisco Franco en la fachada de un bloque de pisos, pero los vecinos no quieren que se quite. La secretaria del Ayuntamiento dictaminó que no se podía retirar al ser propiedad privada, aunque el alcalde, Ignacio García Palacios (PSOE) asegura que lo intentará de nuevo apoyado en la petición del Ministerio.

Por su parte, la alcaldesa del municipio riojano de Alfaro, Yolanda Preciado, ha indicado que la avenida de José Antonio "forma parte de la historia del municipio" y que el Ayuntamiento no tiene intención de cambiar el nombre, aunque analizará la petición de Justicia.

Los que necesitan tiempo

Muchos de los ayuntamientos consultados han cambiado ya el nombre de numerosas vías y cuentan con un plan de futuro, pero piden tiempo para alterar todo su callejero y retirar todas las placas e insignias.

Se tiene que hacer "poco a poco", apunta el alcalde de Suances (Cantabria), el socialista Andrés Ruiz Moya. Explica que se ha hecho una "prueba piloto" con una calle de 20 vecinos, la del 18 de julio que ahora se denomina Las Canteras, pero otras, como la calle José Antonio, que es una de las principales y cuenta con más de 300 vecinos, tiene que cambiarse con más tiempo, porque supone modificar muchas direcciones para las gestiones diarias.

No lejos, el alcalde de Santoña, Sergio Abascal, también socialista, ha explicado que, tras recibir la carta del Ministerio, se va a consultar al secretario municipal cómo actuar ante el monumento en recuerdo a Luis Carrero Blanco, presidente del Gobierno de Franco y nacido en este municipio.

En Madrid, con los cambios del nombre de varias calles paralizados en los tribunales, el tercer teniente de alcalde, Mauricio Valiente, apunta que esperan contar en un mes con un informe elaborado por expertos para retirar sin dañar el patrimonio doce vestigios franquistas, entre símbolos, placas y escudos, y ver si lo hace el propio consistorio o tiene que pedir a otra institución que lo haga.

Los que dudan

El artículo 15 de la Ley de Memoria Histórica obliga a las administraciones públicas a retirar escudos, insignias, placas o menciones de exaltación de "la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura". Y la pregunta de muchos alcaldes es: ¿Qué hacemos con Calvo Sotelo? ¿Y con Primo de Rivera?

Calle Caudillo y Calle Calvo Sotelo Calle Caudillo y Calle Calvo Sotelo

Calle Caudillo y Calle Calvo Sotelo

En la localidad pontevedresa de Tui, donde nació José Calvo Sotelo, existe un conjunto escultórico en homenaje a quien fuera ministro de Hacienda en la dictadura de Miguel Primo de Rivera. A su alcalde, Carlos Vázquez Padín, que se declara "liberal libertario", le resulta "difícil de asumir" y "paradójico" que se vea afectado por la ley cuando "lo asesinaron antes de la Guerra Civil".

Argumento similar aduce el alcalde de Calatayud, José Manuel Aranda, que mantiene una plaza dedicada a Primo de Rivera y aduce que esa figura no tiene que ver ni con la guerra ni con el franquismo.

Muchos municipios han decidido sin embargo cambiar las calles Calvo Sotelo y otros lo estudian. En Ulea (Murcia), por ejemplo, creen que la placa que tienen podría corresponder al presidente del Gobierno democrático Leopoldo Calvo Sotelo, aunque afirman que si fuera el ministro de Primo de Rivera la retirarían.

Zaidín (Huesca), por su parte, tiene una calle con el nombre del militar navarro Ruiz de Alda. Su alcalde, Marco Ibarz, cree que se le dedicó como pionero de aviación, no como cofundador de la Falange, y señala que "nadie ha protestado", pero se muestra partidario de estudiar su retirada si así se lo solicitan, pese a las molestias que implican estos cambios.

También hay una calle Ruiz de Alda en Milagro (Navarra). "Por lo que se ve se pasó por alto, porque en ningún momento se vio que esa persona era cofundador de Falange", ha señalado el actual delegado del Gobierno en Navarra, José Luis Arasti, que fue concejal del municipio y que, recordando el trabajo ya realizado, está convencido de que no habrá problema en retirarla.

Pero no siempre el cambio es sencillo. "Yo dije que teníamos que cambiar los nombres de las calles y me montaron un motín los vecinos", explica Antoni Simó, el teniente de alcalde de Sa Pobla (Baleares), donde tienen calle Gómez Ulla y Calvo Sotelo. No obstante, está convencido de las reticencias responden a los problemas burocráticos que generaría el cambio: "No me cuadra que haya tanta gente franquista", apunta.

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