La música, imitando los latidos de un corazón se unió a la de los más de 2.000 personas que acompañaron al malagueño en su actuación dando el pistoletazo de salida al concierto. Miles de seguidores se dieron cita en el Palacio de los Juegos del Mediterráneo dispuestos a emocionarse y a disfrutar de la voz del artista.

Ladrona de mi piel fue el tema elegido para dar comienzo a la noche que prometía ser mágica, y que como ya había declarado él, "intentaremos olvidarnos de los problemas de cada uno por un ratito".

Con Caramelo el público cantó con él a coro, sin dejar de gritar su nombre ni guapo, que sería una constante durante toda la velada, en este punto, el cantautor hace una parada para hablar por primera vez con el público. Recuerda cuando estuvo en el Teatro Apolo grabando el videoclip de la canción Solamente tú , y las actuaciones de Vera y Carboneras, que "fueron maravillosas".

Pablo Alborán declaró que adora Almería, además dio las gracias por el apoyo que esta tierra le ha ofrecido siempre y acabó deseando a los presentes que disfrutaran de la noche.

A continuación, con la canción Miedo, consiguió poner a todo el Palacio con la manos arriba. El momento más emocionante hasta el momento se vivió cuando, volviendo a sus inicios, sentado en una silla y acompañado sólo por su guitarra y característico pañuelo, deleito a los presentes con unas de sus canciones más dulces, Desencuentro.

"La siguiente canción habla de vosotros, de como habéis convertido esto en un sueño", de esta forma el cantante y compositor, introducía la canción que lo ha echo conocido, Solamente tú, y como en la última canción, lo hizo enacústico.

El artista demostró la calidad de su voz cuando, ya que en varias ocasiones cantó a capella sin más acompañamiento que los miles de ojos que no perdían detalle de su actuación.

En las dos horas que duró el concierto, Pablo Alborán, hizo disfrutar a todos los presentes. Se despidió con un hasta luego, ya que en septiembre estará en Tabernas, lo que para muchos es un consuelo, porque ya se le echa de menos.