Las diferentes actividades de la caseta municipal infantil están siendo un buen gancho para que padres e hijos se adelanten a ir a la feria antes de lo previsto cada día para disfrutar de lo que se les oferta.

Pocos son los niños que, al finalizar uno de los talleres o actividad en la caseta pensada para ellos, se aguantan las ganas de salir corriendo a pedirles a sus padres y familiares montar en las divertidas atracciones.

Las que tuvieron más éxito en la pasada noche fueron de nuevo las acuáticas, como la de las canoas o la de los barquitos manejables. También están dentro de las exitosas el mítico Tren de la Bruja o el Gusano Loco.

Aunque la noche grande de los pequeños fue la anterior, no disminuyó la afluencia de pequeñines por las calles del Real en comparación con los anteriores días.

Algunos trajecitos de gitana se vieron un poco desmejorados tras incidentes con grandes algodones de azúcar rosas, que acabaron inúndando el pelo y la ropa de los niños, más que su paladar.

Otros acabaron con la boca pringada de chocolate y nata tras comerse un rico gofre de los míticos puestos de la feria.

Son pequeños caprichos que los niños no dejan pasar en estos días y que además le dan un valor añadido a estas fiestas. Son sabores y olores que acaban formando parte de los primeros recuerdos de los niños de Almería, al igual que los sonidos típicos como las sirenas de las atracciones.

En el futuro, cuando estos niños crezcan y sean mayores y alguna vez quizás no puedan tener la ocasión de disfrutar de una de las semanas de feria, seguramente serán esas pequeñas cosas lo que más recuerden y más añoranza les provoquen sobre la semana grande de la ciudad y lo bien que lo están pasando ahora de cacharrico en cacharrico.