Feria

Cierre del curso taurino por olé

  • La afición despide la feria apoyando a las jóvenes promesas de la Fiesta

  • Los niños fueron protagonistas en los tendidos y se sorteó un capote donado por Enrique Ponce

Había mucha ilusión depositada en esta cita taurina, no solo por parte de los novilleros. También era una fecha importante en la agenda del aficionado y pronto se dejó ver en el coso de la Avenida de Vilches. Media hora antes de comenzar el festejo ya era necesaria la lupa para encontrar localidad en los tendidos de sombra. No fue una clase práctica más y, aunque oficialmente estaba fuera del abono, en la mente de los espectadores significó el cierre de la Feria Taurina. "Olé", esa fue la expresión que más se repitió en el graderío, principalmente porque el público, consciente de la trascendencia de la tarde para los espadas, arropó a los protagonistas del domingo.

Especialmente se palpó con los dos artistas locales, Jorge Martínez y Diego Amador. Para el primero ya se colocó una pancarta que rezaba "un torero que ilusiona diferente", reflejo de la calurosa ovación que recibió en su vuelta al ruedo, a pesar de no tocar pelo tras marrar con el acero una notable actuación. Con el segundo llegó el éxtasis a los tendidos tras cuajar una faena en la que cortó dos orejas y rabo, algo a lo que el respetable contribuyó con una fuerte petición de los trofeos.

Seis novilleros y un claro objetivo: mostrar la valía suficiente en tan compleja profesión para hacerse un hueco. Y si había jóvenes promesas en el ruedo, tampoco faltaron entre los aficionados que acudieron a la plaza. Un buen síntoma para ratificar que la Fiesta tiene futuro y desde ahora se está fraguando. Lejos de ocultarse por la timidez, fueron partícipes en la rifa del capote donado por Enrique Ponce. Maestro dentro y fuera del albero, que tuvo la elegancia de ceder la capa con la que toreó el pasado 23 de agosto con el fin de recaudar fondos para la Escuela Taurina de Almería. El momento singular lo puso el agraciado del sorteo, un pequeño que apenas rozaba la decena de años, quien no dudó en exhibir su afición con cuatro verónicas y una media que encandilaron a los presentes. El colofón a una semana de "olé".

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