OLVÍDALO Louis, ninguna película sobre la guerra civil ha ganado nunca un centavo". El productor estadounidense Irving Thalberg se equivocó "de plano" cuando le dijo esta mítica frase al patrón de la Metro, Louis Meyer. No creía en el potencial de una película que, por entonces, se estaba gestando, Lo que el viento se llevó. En el imaginario histórico ha habido otras "pifias clamorosas" al pronosticar la andadura de obras, como las continuas negativas a publicar los 100 años de soledad de Gabriel García Márquez, o el Canto a Galicia de Julio Iglesias.

El ex diplomático y escritor Inocencio Arias pronunció ayer un apasionado y memorable discurso en el homenaje a los Mártires de la Libertad, popularmente conocidos como Los Coloraos, y pidió una película sobre ellos que haga justicia a su gesta. "¿Buscaban la gloria de España? ¿Qué pensarían de la situación actual si pudieran venir al presente, les colmaría o les decepcionaría?".

En su hipotética propuesta de guión, Arias plasmó algunas de las problemáticas más candentes que vive la nación: "el deshonroso número de parados que hay en Andalucía, la indiferencia y ninguneo de algunos a la bandera, la corrupción, las disensiones entre las fuerzas políticas y las zancadillas oportunistas a la mínima de cambio...". No se olvidó de la "cacofonía" de Bárcenas, los financiamientos irregulares, las "trapacerías" de un miembro de la mismísima Familia Real o el uso inapropiado de fondos de algún que otro sindicato. "Los Coloraos tendrían que saltarse las páginas de Política y refugiarse en el Deporte", concluyó el ex diplomático.

Corrupción, separatismo y polarización. En una película que parece más de terror que el documental que es en realidad, "haría falta que la Virgen del Mar les echara una mano".

El alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, ensalzó la figura de Los Coloraos y la "defensa de la libertad" como una de las tareas más necesarias y acertadas, del mismo modo que el "natural derecho a discrepar ante las distintas formas de absolutismo".

Como cada año, se repitió el homenaje a un hecho histórico representado en un símbolo, el 'Pingurucho', en su día derribado y posteriormente vuelto a erigir por y para los ciudadanos libres.

En 1824 desembarcaron en Almería los Mártires de la Libertad, procedentes de Gibraltar. Llegaban dispuestos a intentar restaurar la Constitución de 1812 pero fracasaron en su empresa y fueron fusilados por los absolutistas. Cada 24 de agosto se recuerda su intento fallido y la valentía con la que lucharon por una causa común.

Tras el discurso del alcalde capitalino y el protagonista de esta edición, el almeriense Inocencio Arias, en el Salón de Plenos del Ayuntamiento, se procedió a la entrega de coronas de flores y rosas rojas a los pies del monumento que se erige en el centro de la Plaza de la Constitución. La Marsellesa abrió, como suele ser habitual, esta ofrenda que reúne a políticos de todos los signos y ciudadanos que reviven una parte importante de la historia de esta ciudad.