Feria

Conciertos grandes para los seres queridos especiales

  • Vetusta Morla cierra la noche con un concierto en el que repasa su segundo disco, 'Mapas'. El directo del grupo es impecable. Sin embargo, la acústica del Pabellón de los Deportes deja que desear

La tercera edición del Maldito Sol Festival (MSF) fue la oportunidad que ofreció la Feria a los amantes de la música independiente. A la cabeza del cartel, un grupo consolidado que está de gira con su segundo disco: Vetusta Morla. No defraudaron. La banda madrileña impresionó con un directo que hizo saltar al auditorio. Sin embargo, hubo consenso entre el público en un fallo garrafal de la organización. La acústica del Pabellón de los Deportes del Mediterráneo no acompañaba para disfrutar de la puesta en escena de las bandas.

Aunque Vetusta Morla eran los más esperados, para abrir boca el festival ofrecía tres grupos más. A las nueve de la noche, puntuales, subieron al escenario los chicos de Elfindelmundo. La banda almeriense tuvo la nada fácil labor de recibir al público que entraba con cuentagotas al recinto. No lo hicieron nada mal. Presentaban los temas de su primer disco y entre quienes aún no los conocían, gustaron. Se despidieron tocando una canción, Volver, que dejaba sentado su deseo de reencontrarse con el público, y con Elfindelmundo, un tema homónimo a la banda.

Tras ellos, unos invitados de honor. "Desde el lejano oeste hasta este lejano oeste", como saludó el vocalista al auditorio, subieron al escenario los gallegos Eladio y los Seres Queridos. Decían no entender por qué el festival se llamaba Maldito Sol. Para ellos debía ser Bendito Sol. Mantuvieron el ambiente que había creado la primera banda. Incluso llegaron a tocar un tema en gallego, Non quero perderte. Se despidieron agradecidos con el público, con Almería y cantando una canción de adiós, de "nos vemos más allá de la vida y de la muerte, después de toda esta película". Era Himalaya.

Ya con el auditorio casi completo, Eladio cedió el paso a los pamploneses El Columpio Asesino. El grupo más atrevido del festival, tras tres toques de palillos y encender un cigarrillo en el escenario, comenzó con un recital, sobre todo, de las canciones de su último disco, Diamantes. También ellos hicieron un guiño a que los conciertos hubieran sonado mejor al aire libre, mencionando el "buen tiempo que hace fuera". Fue la banda que aportó un juego de luces más espectacular. Esto, combinado con sus letras oscuras y su entrega sobre el escenario logró un ambiente perfecto para calentar el escenario a los madrileños Vetusta Morla.

Pucho y su banda no defraudaron. El directo de el grupo, que lleva todo el verano de gira con Mapas, fue intenso. Aunque hicieron guiños a los años pasados y tocaron alguna canción de Un día en el mundo, dieron un repaso particular a su disco actual. Poco importó que el disco haya salido hace pocos meses. El público coreó los temas y ellos, entregados, agradecieron a Almería por este segundo encuentro, tras un par de años, con sus seguidores. Pucho, en el medio del escenario, saltaba y bailaba en con su micrófono. El escenario era suyo y la banda lo acompañaba de manera magistral.

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