Crónicas desde la ciudad

Hípica en el Llano de Pescadería

  • De picadero en la ciudad al actual Club Hípico o exhibición de enganches, los almerienses comparten admiración por tan admirable animal. Incluso gozó de yeguadas en el Parque Natural

Hípica en el Llano de Pescadería

Hípica en el Llano de Pescadería

Junto a la alternativa de Julio Gómez “Relampaguito”, la novedosa  convocatoria hípica constituyó en Almería uno de los más concurridos actos del programa ferial en 1907. Celebrada en terrenos próximos a la Cta. de la Bajamar (de Málaga), en un a explanada acondicionada para la ocasión en el Llano de Poniente, frente a los almacenes de serrín de Toribio Calzada (solar sobre el que construyeron el Varadero propiedad de la Autoridad Portuaria).

El interés por el arte ecuestre viene de antiguo, se remonta a los ancestros culturales árabes y cristianos. A incruentos torneos en la primitiva plaza del Juego de Cañas; o lo que es lo mismo, la emblemática Plaza Vieja, hoy amenazada por reformas descabelladas. Ejercicios a caballo con el doble objetivo de adiestramiento militar y diversión de protagonistas y espectadores: Se juega a cañas por ejercitar, / ya entran corriendo con gran prontitud... / Las cañas del suelo la suelen tomar / si a uno amenazan, a otro han de dar..

En septiembre de 1789 el Consejo de Castilla dictó una Ordenanza de Caballería regulando el estado de la cabaña equina española. Su aplicación generó un amplio legajo administrativo merced al cual disponemos de datos precisos en cuanto a su censo. El resumen estadístico contempla un total de 151 ejemplares entre potros, potrancas, caballos domados y caballos padres. El marqués de Campo Hermoso, el vizconde de Almansa y el convento de Santo Domingo eran los mayores propietarios y a su vez titulares de las dehesas del litoral con abundancia de pastos y agua: Chaneta, Calabrial, Mónsul, Los Genoveses y Escullos. 

Aunque alrededor de tan bello animal el paso del tiempo ha acumulado una ingente información, me limito a señalar sucintamente la primera prueba de saltos en la capital. Siendo alcalde Eduardo Pérez diseñaron el completo programa de Feria, del 22 a 29 de agosto de 1907. La Pública de Fiestas supuso el atractivo de una tarasca, gigantes y cabezudos traídos de Granada. Conciertos de la banda musical de polvoristas del Fargue (Granada), municipal de Almería, Filarmónica Granadina y Almeriense, match de foot-ball en el andén de Costa, verbenas en barrios; procesión cívica de Los Coloraos y religiosa de la Virgen del Mar, reparto de pan a los pobres, iluminación en el Real y Paseo del Príncipe… Y lo más demandado: sendas corridas de toros con los encumbrados Bombita y Machaquito y, en la segunda, el paisano Julio Gómez “Relampaguito”, quien tomó la alternativa con singular éxito.

En el actual Parque Natural se sucedían dehesas equinas con abundantes pastos y agua

                                                  

La sociedad hípica constituida consiguió del Ayuntamiento una subvención para el concurso de los días 26 y 29 en el lugar indicado. Asimismo se hizo cargo de las cuadras, montaje de pistas, arbitraje y premios en metálico (el Comercio donó las copas); gastos sufragados por el taquillaje: entrada general 1 peseta y 25 los palcos.

Cuatro fueron las pruebas anunciadas: Granada, Omnium, Almería y Recorrido Caza, debiendo superar diferentes obstáculos: pasos de camino, en alto, banqueta, valla y zanja de doble salto, ría, barrera y puerta, salto triple y muro. Cabe destacar la participación del laureado paisano Gustavo Gómez Spencer: comandante de Caballería, pionero en el fútbol local y hermano de Elena, la primera almeriense en lograr la licenciatura de Medicina y Cirugía (en la Universidad de Madrid). Merecedor de una semblanza biográfica en la que se incluya su muerte tras una violenta caída del caballo al saltar un obstáculo durante una prueba nacional. De los equinos participantes la prensa piropeaba a Melonero, Lord Byron, Facturado y Miss Fry.

 

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