Feria

Mártires de la libertad

EL almeriense Emilio Contreras, gobernador Civil en Ávila y Santander con la extinta UCD, ha sido el designado por el Ayuntamiento para glosar la gesta de Los Mártires de la Libertad, previa a la ofrenda civil ante el monumento a Los Coloraos. Por razones que no alcanzo a comprender, los oradores no son muy proclives a descender en detalles sobre el hecho histórico que justifica la efeméride. Parecen darlo como sabido entre el público asistente. Y no es así. Al menos no es así si confían en buena parte de las informaciones, escasas en contenido y fiabilidad, que los medios editan rutinariamente y se repeten en páginas Web y visitas guiadas municipales.

En abril de 1943, dos funcionarios municipales más papistas que el Papa intentaron, en estado de embriaguez, derribar con pico y pala el monumento alzado en el centro de la Plaza Vieja. Pretendían que el símbolo de la Libertad no "dañara la vista" del general Franco, quien al mes siguiente visitaba Almería por primera vez. Tras ser demolido por orden del alcalde Vicente Navarro Gay, fue repuesto el 24-VIII-1987, ya en el marco democrático.

Después de que en octubre de 1823 recuperase el trono con la ayuda de los "Cien mil hijos de San Luis", Fernando VII practicó una despótica política absolutista, aboliendo las leyes proclamadas en Cádiz. La oposición nacida tras el Trienio Liberal se organiza en Londres y Gibraltar, de donde emana el plan conspiratorio para derrocar al tirano y restaurar la Constitución traicionada; en la práctica más utópico que con posibilidad real de éxito. Málaga, Tarifa, Algeciras y Almería eran las plazas seleccionadas al principio para la operación de desembarco. Finalmente, 49 hombres a bordo del bergantín Federico (auxiliado por la escampavías Borrasca) partieron hacia nuestras costas, donde contaban con grupos progresistas afines -liderados por Joaquín Vílches- y contrabandistas con intereses en el Peñón. Lo de "Coloraos" guarda relación con el rojo de las casacas de la Caballería británica.

Insuficientemente conocido es el fracaso de la expedición capitaneada por Pablo Iglesias que arribó a la desembocadura del río en la noche del 13-VIII-1824 al grito de Viva Riego y Viva la Libertad. Alertados los absolutistas, fueron rechazados en su doble intento (días 14 y 16) de entrada en la ciudad y obligados a refugiarse en pueblos de la ribera del Andaráx. En sucesivas operaciones, fueron apresados y trasladados a la capital, donde en el Reducto, próximo a Plaza de Pavía, y después de darle "carreras de baquetas", 22 son fusilados de rodillas y por las espalda en la madrugada del día 24. Seguidamente pasaron por las armas a tres más y a un cuarto (Bustamante) en el mes de septiembre, hasta un total de 26.

En las distintas ubicaciones participaron los arquitectos almerienses más acreditados del siglo XIX: Marín Baldó, López Rull y Trinidad Cuartara. En 1837 inauguraron el primero: el mausoleo con una urna conteniendo los restos de las 25 víctimas enterradas en el camposanto parroquial de San Juan por "manos caritativas" y que ahora trajeron junto al primitivo cementerio de Belén. Posteriormente, mientras terminaran el monumento de Puerta de Purchena (Plaza de Cádiz), las cenizas se custodiaron en el templo de San Sebastián. En 1868 el ayuntamiento Constitucional mandó erigir uno nuevo sufragado por la ciudadanía, adornado por un ángel que al parecer se destruyó durante su colocación en 1870. Constaba de pedestal como base y una columna de diez metros, rematada por la esfera a la que más adelante añadirían uno "rayos" solares, conocidos como Pinchos de Cuartara. En uno de los laterales inscribieron el nombre de las víctimas y en otro una leyenda alusiva. La urna con las reliquias laicas desapareció sorpresivamente en el traslado, perdiéndosele su pista en el cementerio de San José.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios