Feria

La ciudad entera se engalana

  • Los comercios rinden su particular homenaje decorando sus escaparates con motivo de los festejos. Plazas de toros en miniatura, "caballicos" de colores o abanicos y lunares son algunos de los ejemplos.

Llega la Feria y la ciudad entera se pone de punta en blanco para conmemorar estas fechas tan señaladas y esperadas por todos los almerienses. Los comercios no iban a ser menos, y son muchos los que han querido ser partícipes de este espíritu festivo que inunda las calles.

La Dulce Alianza, ubicada en el Paseo, decora cada año su escaparate acorde con la Feria. Este año el diseño elegido no deja indiferente, pues inspira color y alegría que se ven desde todos los puntos de la calle.

"Cada año decoramos los dos escaparates, uno inspirándonos en los toros y otro en la Feria", explica Gracia Sánchez, la dueña del local. "El cartel de esta Feria nos ha gustado mucho, llama bastante la atención por su colorido y por lo original que es, así que nos ha servido de inspiración a la hora de diseñar los escaparates", añade. Así, los "caballicos" típicos de las fiestas conquistan la vidriera de esta popular pastelería, con sus colores llamativos y sus figuras desenfadadas que acompañan al sentimiento que reina estos días en la capital.

Pero son muchos más los que se suman a esta iniciativa de engalanar sus escaparates. Por ejemplo, la Farmacia de la Avenida de la Estación, que también ha querido aprovechar la ocasión para anunciar sus productos entre un decorado de lunares, guitarras y abanicos que tanto recuerdan a estas fiestas almerienses.

Asimismo, La Perfumería en la calle Javier Sanz, ha recreado una Plaza de Toros en miniatura que abarca todo su escaparate y que no deja a ninguno de los viandantes indiferentes. Todo el que pasa frente a esta tienda se para un momento para admirar esta obra de arte en miniatura, tan relacionada con estos festejos.

El espíritu de la Feria está ya muy presente. La alegría ha invadido la ciudad y esto se deja sentir incluso en los escaparates de los comercios, que no son más que un reflejo de la ilusión y las ganas con las que los almerienses esperan cada año sus fiestas.

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