UN buen vestido de flamenca es importante, pero hay que saber llevarlo con clase, estilo y mucha gracia. Y eso lo consiguen la gran variedad de complementos diseñados por y para estos días especiales. La moda de los complementos de Feria no entiende de edades, y las mujeres son coquetas con cuatro años y con setenta. De abajo a arriba, lo primero que hay que adornar es el cabello. El moño es el rey de la semana de Feria. Una redecilla impedirá que se escapen esos mechones rebeldes, mientras que una bonita peineta dará color, siempre aconsejando que no desentone con el color del vestido escogido ni otros complementos. Y si la peineta no es el fuerte de algunas chicas, siempre se puede recurrir a la flor, bien atrás, en la nuca, o a un lado. Claveles, rosas, jazmines, los colores son infinitos, predominando siempre el blanco y rojo, como los colores de la ciudad. Sea cual sea el peinado, se recomienda estar bien surtida de horquillas para moño y bote de laca.

Las siguientes son las orejas, con grandes pendientes. El nácar es uno de los materiales más utilizados, otorgando un brillo especial. Estos también se han modernizado y cada vez pesan menos, uno de los problemas de antaño, pesados pendientes que al acabar el día dejaban coloradas las orejas. Un mantoncillo a juego con la peineta, la flor y los pendientes cubre los hombros, otorgando gran clase a quien lo luce, y por si la noche refresca, este siempre viene bien. Colgantes y pulseras, preferentemente de cuentas y bolas grandes también triunfan, siempre sabiendo combinar y evitando el exceso. Y para completar, unas grandes pestañas con rímmel, unos bonitos labios rojos y, ¡a bailar!.