Feria

La plaza con la cara limpia

  • Año tras año la familia Cuesta mantiene en condiciones la Plaza de Toros de Almería con reparaciones menores y una mano de pintura. Este año se han rehabilitado elementos destruidos en el tiempo, sustituidos algunos en peligro de derribo y se han limpiado las partes de las puertas para dejar la piedra a la vista.

La que está considerada como una de las plazas de toros más bellas y acogedoras, aunque un poco incómoda, de todas las existentes de obra, es mimada y cuidad como jo ya arquitectónica al ser uno de los pocos edificios de uso público, aunque es propiedad privada, de los que puede presumir la ciudad. Dentro de pocos años celebrará los 125 años de su inauguración. Efemérides que debe celebrarse. Para ello, como así ocurrió en la celebración del centenario, debería decidirse la creación de una comisión gestora u organizadora de tal evento. Mientras tanto la propiedad, la familia Cuesta, le da todos los mimos posibles año tras año.

Impoluta cada feria con una mano de pintura en todo su interior. Con retoques de fachada cada cierto tiempo. Este año la plaza luce nuevos elementos que se han recuperado de la memoria como son las piezas de cerámica de la cornisa. O el nuevo techado de las caballerizas.

Un edificio catalogado en su plenitud que obliga a su conservación. Y consciente de ello, el área de urbanismo del ayuntamiento ha echado una mano en forma de subvención de las obras. Han sido poco más de 200.000 euros más otro tanto de la propiedad han provocado la acumulación de un montante que ha posibilitado estas obras que van más allá del mantenimiento.

Se mantiene el principio de la fidelidad a la diseño original. Y recordamos que fue inaugurada el 26 de agosto 1888 por Lagartijo y Manzzantini, que lidiaron toros de Veragua. Que se comenzó a construir el año 1882.

Piedra, ladrillo y hierro fueron los materiales empleados en su edificación. Con dos pisos para 9.800 personas, algunos dicen que para 8.000. Son ocho los tendidos, e igual número las gradas. En el segundo piso hay 60 palcos, de ellos 50 de sombra, y las andanadas todas de sol, con 18 escaleras, caballeriza, corrales para dos corridas de toros, corraleta para hacer el apartado, ocho chiqueros, enfermería, administración y otras dependencias. Sin posibles reformas. Se distingue este coso por el ambiente que crea sus peculiaridades, como la ancestral costumbre de merendar que tiene el público después del tercer toro.

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