Las mejores obras del 22 de mayo al 13 de junio Las dudas para realizar una acción centran la obra

Espasmos de locura en un recorrido por la vida

  • La Escapista Teatro representó la obra 'Mejorcita de lo mío' con una forma diferente de empezar un espectáculo

Con las puertas cerradas del Teatro Municipal. Así, comenzó la representación de Mejorcita de lo mío a cargo de la compañía La Escapista Teatro donde el personaje de la obra pasó por momentos de locura y otros de lucidez.

Antes de que la representación comenzara, el público esperaba en la puerta del Teatro Municipal. Todo el mundo veía raro que se encontrara cerrada la entrada para ver la obra de esa noche, pero había un motivo.

Las puertas, como no podía ser de otra manera, se abrieron. Dentro del recinto, se encontraba la actriz en una esquina, Pilar Gómez, que se estaba retocando para comenzar la obra.

La actriz habló con los asistentes, que la miraban extrañados y entre risas, y les dijo que en unos minutos empezaría la representación de Mejorcita de lo mío.

Pasaron algunos minutos desde que pudieron entrar los primeros asistentes y el monólogo de la protagonista eclipsó a gran parte del público.

Las luces se apagan y la protagonista dijo: Esto es que vamos a empezar, ¿no Raúl? Con esa frase y leyendo el santoral del día, la actriz se dispuso a ofrecer las primeras palabra de Mejorcita de lo mío.

Con unos movimientos que representaban su llegada al mundo, la actriz comenzó con uno de los momentos de creación de cualquier persona.

En algunos momentos, se podía intuir una doble personalidad por parte de la protagonista. Y una pregunta marcó toda la representación: "¿Qué quiero?".

Las dudas y los miedos a hacer algo o a no hacerlo se fueron prolongando durante gran parte de la obra. La actriz lo definía como una "dicotomía" donde "quiero huir y me quiero quedar".

Ducha o baño, zapatos o botas, por la mañana o por la noche, en tu casa o en la mía... Con estas dudas, la intérprete quiso reflejar las distintas decisiones que hay que tomar desde que una persona se levanta.

La protagonista sufrió una parálisis por el miedo que invade la duda. Con un texto intenso y una sublime expresión corporal, la actriz consiguió que el público se metiera en la historia.

Pilar Gómez afirmó que, para superar esta parálisis, era necesario superar el miedo mediante la exposición y gracias a la afectividad. La obra contó con algunos momentos de comicidad, pero primó el texto de la representación ante los demás elementos.

La anatomía tampoco fue una barrera para tratarla en la representación. Pilar Gómez se despojó de la parte de arriba de su vestimenta y con pintura comenzó a recorrer todo su cuerpo.

La adolescencia, su momento de scout y sus relaciones personales también fueron recordados por la protagonista. Varias llamadas telefónica de su madre ocasionaron las risas entre los asistentes.

Los componentes que conformaban la pena de la actriz fueron mezclados en una olla, en forma de alimentos, y se los comió con patatas.

El mensaje que quiso dejar la obra era que siempre ha estado muy bien visto el pesimismo y que ya era hora de fijarse en lo bueno. El público se lavantó de sus butacas para aplaudir a la actriz. Una forma de transmitir momentos de la vida con espasmos de locura.

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