Vestidos de colores fuertes, con narices rojas y zapatones, la payasa Hula y el payaso Piojo, de la compañía PTV Clowns, ofrecieron en la Plaza Cervantes su obra Adivinaguas donde el juego de palabras fue el elemento clave de la pieza.

La Plaza presentó una de las mayores afluencias de la muestra en la calle. Niños, jóvenes y mayores llenaron el espacio escénico.

Los payasos interactuaron con el público y los asistentes los ayudaron a surtirles de objetos. En un toque de humo el payaso Piojo dijo: "Devolveremos las cosas de poco valor".

El juego entre Piojo y Hula fue constante. Una de las primeras cosas que hicieron era adivinar el objeto que tenía el otro. Las palabras del payaso eran las que daban las pistas suficientes para que su compañera supiera lo que tenía en las manos.

En una de las ocasiones, los niños rectificaron a los payasos porque los protagonistas interpretaron un álbum de fotos como un libro. Así, los pequeños estuvieron metidos en la obra en todo momento y no dudaron en hablar con los dos actores cada vez que la ocasión lo requería.

Las adivinanzas también estuvieron presentes en la representación y los momentos cómicos se sucedieron uno detrás de otro.

Los niños no dudaron en reír todas las bromas que los payasos realizaron. Una de las situaciones de mayor humor fue cuando Hula recibió una llamada y fue Piojo el que contestó e interpretó las palabras de la payasa de forma incorrecta lo que le llevó a una situación comprometida.

La tradición de los payasos volvió al Festival Internacional con una obra para todos los públicos.