Festival de Teatro de El Ejido

Una jaima para relatar historias entre luces y sombras

  • La compañía Kiku Mistu ofreció ayer dos pases de la obra 'Historias de hombres y mujeres buenos'

La apariencia era diferente. Sobre el escenario del Auditorio Municipal había montada una jaima y todo indicaba que lo que se iba a vivir dentro de ella no era lo habitual. El público en fila y sale uno de los actores para trasladar a los asistentes a su interior. "Seguid la luz", señaló el habitante de ese espacio que se había montado temporalmente. Así, ayer comenzaron los primeros pases de la representación Historias de hombres y mujeres buenos, a cargo de la compañía Kiku Mistu.

Dentro de la jaima, el público recibió un vaso de té para escuchar las historias que se iban a escuchar dentro del espacio escénico. Los actores aseguraron que se encontraban relajados por encontrarse dentro del Auditorio porque así ninguna condición meteorológica adversa iba a fastidiar la representación.

La historia de un caminante que iba encontrándose obstáculos hacia su destino fue la primera historia que acabó con moraleja, como las siguientes que se fueron relatando en la representación.

Un narrador con una voz cálida fue el encargado de crear una atmósfera mágica que envolvió al espectador. Otro de los intérpretes era el encargado de manipular los objetos que se representarían mediante sombras chinas. El sitar indio fue el instrumento que dio música al espectáculo y otro de los actores fue el que dio luz a todo el encuentro.

No faltó en la merienda-espectáculo de ayer las galletas que pusieron el toque salado a la cita y que sirvió para representar otra de las historias que ofrecía un relato más cómico.

Uno de los momentos más mágicos fue cuando todos los asistentes encendieron las velas bajo la luz sombría de la jaima. Un encuentro con la niñez que ofreció enseñanzas para encontrar la felicidad del propio individuo y seguir un camino de reflexión.

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