Desprenderse de toda su riqueza para dársela a los más desfavorecidos. Con este claro mensaje, la compañía Teatre de la Caixeta representó ayer por la mañana El príncipe feliz, para escolares de 5 a 10 años, en el Teatro Municipal.
Los niños llegaron muy animados a la representación, pero fue apagar las luces del Teatro y comenzaron a gritar. No se veía nada. El escenario fue cogiendo poco a poco más luz y las risas de los niños comenzó a brillar.
En la escena, dos vagabundos que conocían la historia de El príncipe feliz y la imaginación de los escolares comenzó a volar como la golondrina protagonista de la historia.
Un monumento del príncipe bañado en oro, dos zafiros como ojos y mucha solidaridad que ofrecer.
La simbiosis entre la estatua y la golondrina que volaba hacia Egipto para pasar el invierno fue la que sirvió para ayudar a los más desfavorecidos.
Sobre el escenario se encontraban Eva Cuevas y José Blasco para representar a los múltiples personajes que aparecían en la obra de teatro y para manipular los distintos objetos y títeres que aparecían en la historia.
Los niños se metieron de lleno en la obra. Alguna risa descontrolada, moviéndose de un lado para otro para ver a la perfección lo que estaba sucediendo y los ojos bien abiertos para que ningún detalle se escapara de su mirada.
La música también fue un ingrediente que se añadió en la obra y los efectos sonoros acompañaron, junto a la escenografía, a los dos intérpretes. Así, los escolares pudieron aprender valores como la amistad, la solidaridad y el cariño en una obra que se mostró amena y con un buen ritmo. Los niños se mostraron encantados por la historia que vivieron como si de los protagonistas de la obra se trataran.
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