"Que me perdone el director del festival, pero lo que me llenaría el alma profundamente sería tener el premio de ustedes. Miro sus rostros, sé lo que están pasando, conozco a gente como ustedes en Chile y voy a explicar lo que he visto aquí. Son una enseñanza para mí y eso lo voy a transmitir en mi país". Con estas palabras emocionadas se dirigió a los internos del centro penitenciario de La Ribera José Secall, actor que encarna a Nerudaen la cinta homónima que compite en la sección oficial.

El director del largometraje, Manuel Basoalto, la actriz y miembro del jurado oficial Arlette Torres, y el director del Iberoamericano, Pedro Castillo, también visitaron la cárcel, donde más de 200 reclusos visionaron la película antes de participar en un coloquio con ellos y votar en una urna. Hasta ayer los internos vieron seis de las 14 cintas que compiten por el Colón de Oro y, como cada año, entregarán la Llave de la Libertad al filme que más les haya gustado, un premio paralelo al palmarés oficial que se otorgará en el marco del 27 Festival de Cine Iberoamericano en la Cárcel.

Los invitados se mostraron emocionados durante el encuentro con los presos, quienes se sintieron identificados con la lucha por la libertad del escritor, convertido en fugitivo de la Policía tras pronunciar en 1948 como senador un discurso que abrió con las palabras "Yo acuso", una crítica directa a Videla, quien lo condenó a la clandestinidad y a la persecución política a lo largo de más de un año.

Desconocedores de este capítulo de la vida del poeta -pero fundamental en la construcción de su obra (en este periodo escribió Canto general)-, los presos aplaudieron tras la proyección y mostraron su agradecimiento. Clotario Adrada, un colombiano interno, aseguró que el contenido de la cinta "es muy grande porque es historia". "Para mí, esta película tiene un mensaje muy importante. Pablo Neruda, tras la segunda Guerra Mundial, se tuvo que exiliar en las montañas por querer defender la libertad de expresión y los derechos. Eso, hoy día, sigue sucediendo: se violan derechos humanos por actitudes políticas", aseguró. El interno, además, dio las gracias a los invitados y a la administración penitenciaria por acercar el festival a la cárcel.

Las palabras de Clotario emocionaron a Basoalto, quien afirmó que Neruda, retratado en el filme como un poeta joven y un luchador social, creía que "la poesía podía cambiar la sociedad". El director, además, insistió en que la película "tiene que ver con la privación de libertad" y, al respecto, apuntó: "A mí me toca estar acá, pero podría estar allá. La vida es misteriosa. Sería un gran honor para mi recibir su premio, porque esta película está hecha para que el público la pueda ver".

Esther, otra interna de La Ribera, agradeció a Arlette Torres su regreso a la prisión. Porque la actriz ya estuvo en el centro en 2011, cuando la película El rumor de las piedras, en la que participó, compitió en el festival. La venezolana pidió visitar de nuevo la cárcel, ya que la experiencia de hace tres años le colmó de satisfacción, y ayer animó a los internos a "aprovechar todo lo que les ofrezcan, ya que no todos tienen esa posibilidad". Así, comparó la situación carcelaria de su país con la española para después asegurar que "cada uno tiene la posibilidad de reinsertarse, de superarse, los que estamos fuera también".

Castillo, que se comprometió a buscar financiación para que la cárcel disponga en 2015 de un nuevo proyector para que los internos vean las cintas con la mayor calidad posible, explicó las novedades de esta edición y destacó el hecho de que el director de la cárcel, Alejandro Zulueta, sea paisano suyo (San Sebastián) y hermano del cineasta Iván Zulueta.

Tras el coloquio, los invitados fueron obsequiados por los presos, intervinieron en el programa de radio El zapato roto que los internos realizan cada semana en el centro penitenciario y, como agradecimiento, dejaron unas palabras escritas que lucirán en el salón de actos del centro junto a las de otros cineastas de pasadas ediciones.