El premio Ciudad de Huelva a José Luis Garci completa un círculo con los directores más destacados de la historia del cine español. No es que todos hayan pasado por el Festival de Cine Iberoamericano, pero sí los que han gozado de una mayor proyección internacional. Después de 40 ediciones, los nombres asociados a homenajes y jurados pueden completar buena parte de una enciclopedia temática y son, sin duda, la envidia de muchos festivales de cine, también fuera de España.

La nota más destacada, por su prestigio indiscutible y admiración universal, vino en la segunda edición con el homenaje a Luis Buñuel. La historia del genio aragonés con Huelva ha sido contada muchas veces pero aún así no deja de hacerle justicia. Que fue el gran impulso que el joven certamen necesitaba, es conocido ya, pero pocos saben que llegaron periodistas procedentes de todo el mundo para recoger las palabras de un cineasta que se prodigaba poco en actos públicos, y menos, en festivales de cine.

El salón de actos de la Casa de la Cultura se abarrotó de público. "Hasta Carlos Saura estuvo escuchándole y se dieron un abrazo al final de la charla. Hubo aplausos de al menos diez minutos. Fue uno de los momentos más intensos de la historia del festival", recuerda el periodista Vicente Quiroga.

Precisamente Saura fue homenajeado poco después por el Iberoamericano, en su quinta edición, en 1975. El también director aragonés, desde aquella primera vez con Buñuel, estuvo en Huelva varias ocasiones, convirtiéndose en un auténtico amigo de la muestra, a la que guarda un gran cariño. Sus últimas visitas, entre otras, fueron en 1997, 1998 y 2007, solícito siempre a los requerimientos que le llegaban.

También estuvo en un par de ocasiones otro de los más grandes directores españoles de todos los tiempos, Luis García Berlanga. El Colón de Oro honorífico le fue concedido también en las primeras ediciones, en la cuarta, en 1978, con la tercera retrospectiva que dedicaba el certamen tras las de Buñuel y el mexicano Luis Alcoriza. Volvió a Huelva unos años después, en 1987, cuando acudía a las salas de cine como uno más, confundido entre el público.

En 2004 estuvo de nuevo en la ciudad, esta vez al margen del festival, con motivo de las jornadas 75 años de historia del cine español, organizadas por la Fundación El Monte.

El otro grande a considerar, compañero de fatigas del valenciano, es el madrileño Juan Antonio Bardem, al que le entregaron la estatuilla honorífica en 1983, en el transcurso de la novena edición, con el respaldo de otros grandes cineastas, como la recordada Pilar Miró.