Fin de Semana

Pueblos de pescadores

  • Los núcleos urbanos dentro del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar mantienen el encanto y permite descubrir el Mediterráneo. Junto a playas únicas, ofrecen otras virtudes menos conocidas por el turista

Almería dispone de grandes bondades. Es una tierra que no tiene nada que envidiar a otras provincias. Nadie pone en duda que es conocida por su buen clima y sus paradisíacas playas, pero es mucho más. Ejemplo de ello es el parque natural de Cabo de Gata, un lugar de gran belleza y riqueza ecológica junto al mar Mediterráneo. El primer parque marítimo terrestre de Andalucía, en el que el visitante disfrutará del turismo de sol y playa, pero también de otros encantos, quizá más desconocidos. Entre ellos, una buena gastronomía, las deportes de aventura...

El paseo por este rincón, perfecto para las vacaciones, da comienzo en el pequeño pueblo pesquero de San Miguel de Cabo de Gata, perteneciente al término municipal de Almería. Andando por su paseo marítimo, ya sea a primera hora del día o al caer la tarde, tendrá la oportunidad de conocer el arte de la pesca artesanal. Algún paisano le mostrará, por ejemplo, cómo reponer una red. Y es que en este rincón aún muchas familias se dedican a faenar. Por ello, se recomienda disfrutar en sus bares o restaurantes de pescado fresco. Como visita cultural, se recomienda descubrir el torreón de San Miguel, una atalaya militar del siglo XVIII.

Parada obligada en esta ruta es la Almadraba de Monteleva, poblado pesquero y salinero en torno a la playa de su nombre, conocido por los almerienses como las Salinas. El visitante descubrirá sus imponentes salinas, que son presididas por su bella y singular iglesia, que en la actualidad se encuentra en proceso de restauración.

En esta pedanía existe un observatorio ornitológico de aves, una actividad interesante para disfrutar en familia. Una oportunidad para que los pequeños de la casa, y de paso los adultos, conozcan en su hábitat natural especies como flamencos, fochas, cigüeñuelas...

El paseo continuaría dirección a la pedanía nijareña de San José, con muchos servicios para el disfrute del turista. Desde aquí se accede a las playas de Los Genoveses y El Mónsul, playas vírgenes que se han convertido en dos de las joyas naturales del parque de Cabo de Gata, como la del Barronal, ideal para el turismo nudista.

La ruta lleva a visitar La Isleta del Moro y Las Negras, pedanías muy próximas ideales para desconectar por transmitir tranquilidad. La primera llama la atención por su sencillez. La segunda sorprende por su espectacular geología y ambiente pesquero. Además, se ha convertido en un espacio al que acuden aficionados al buceo, actividad que gana adeptos.

Los Escullos es la siguiente de las parada. Aquí se recomienda visitar el Castillo de San Felipe y, por supuesto, disfrutar del sol en alguna de sus calas, como la de El Embarcadero.

La visita continúa a Rodalquilar, poblado de origen minero en el que se aconseja ver sus antiguas minas o el Jardín Botánico del Albardinar, dedicado a la investigación y conservación de endemismos y plantas amenazadas de la flora almeriense.

No se puede dejar dentro de este recorrido visitar el Pozo de los Frailes, que presume de ofrecer bellos paisajes donde contemplar las pitas, planta que forma parte del paisaje de Almería y que se ha convertido en seña de identidad. Además, aquí se debe visitar el cortijo del Fraile lugar donde se desarrollaron el 22 de julio de 1928, los sucesos que, años más tarde, inspiraron a Federico García Lorca para escribir su libro Bodas de Sangre.

La ruta no estaría completa si no se visita Aguamarga, pequeña pedanía con una pequeña playa ideal para el descanso. Desde aquí, a escasos kilómetros, se encuentra el pueblo de Carboneras, que aunque dicho municipio está fuera de los lindes del parque no sus alrededores. De hecho, a este pueblo pertenece la conocida playa de Los Muertos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios