Día Mundial del Agua 2021

  • Apuntan a la necesidad de explotar otras fuentes fuera de los trasvases, para lo que urge la puesta en marcha de la denominada ‘Desaladora de la vergüenza’

Aguas del Almanzora pide una ayuda real a las administraciones

Centro de El Saltador donde Aguas del Almanzora distribuye el agua del trasvase del Negratín. Centro de El Saltador donde Aguas del Almanzora distribuye el agua del trasvase del Negratín.

Centro de El Saltador donde Aguas del Almanzora distribuye el agua del trasvase del Negratín. / Javier Alonso

Los regantes y la gestión de Aguas del Almanzora, siempre vencen a la adversidad del déficit de manera estoica, aunque el futuro, por el momento, no está garantizado y eso es lo que más preocupa.

La dependencia de los trasvases tanto del Tajo-Segura como del Negratín, que ha llegado a situaciones límite en algunos casos; ha llevado a los regantes a plantear la construcción de una desaladora, cerca de la del Bajo Almanzora (Villaricos) o también denominada de la vergüenza, con una capacidad de 30 hectómetros cúbicos anuales. Y es que, tal y como apunta Javier Serrano, presidente de Aguas del Almanzora, “no podemos depender de nadie, eso ha quedado más que demostrado, pero sí que es verdad que ahora más que nunca necesitamos la ayuda de las administraciones porque la situación es muy difícil”.Aguas del Almanzora riega la friolera de 24.000 hectáreas, con la cesión de agua a través de trasvases en el aire y con una infraestructura, como es la desaladora del Bajo Andarax, en ruinas desde hace ya nueve años. Por todo ello, ese impulso a una nueva infraestructura de la cual hay parte de la documentación tramitándose en la Junta de Andalucía, está en marcha. Eso, unido a la presumible rehabilitación de la planta en desuso, proporcionaría una dotación anual de 50 hectómetros cúbicos que acabarían con los problemas de déficit en la zona.

Ante la pasividad, han iniciado la tramitación de su propia planta desaladora para producir 30 hectómetros cúbicos

Otra de las actuaciones que pide Serrano como voz de los regantes de la comarca es aumentar la regulación, “hacer embalses de tal forma que cuando llueva se pueda aprovechar los sobrantes”, algo que permitiría almacenar agua, que es muy necesario, y además permitiría, reducir los daños de las lluvias torrenciales y el desaprovechamiento. “Con los embalses mataríamos dos pájaros de un tiro: aprovechamos los excedentes de agua y contamos con una reserva para cuando no haya, de forma que se desarrolle una agricultura con cierta sostenibilidad”. Por ello, han planteado un embalse de en torno a un hectómetro en la parte alta, ya que este año pasado tuvimos que bajar al pantano de cuevas, cota baja, y luego subir por la tubería del Negratín. Si tenemos un hectómetro arriba de embalse, además se pueden beneficiar municipios como Albox, Tíjola y otros de esa zona…”.

En este contexto, Javier Serrano asegura que se ha pedido por activa y pasiva un impulso a las administraciones después de tantos años de olvido. “Los problemas de agua son algo político, incluso por encima de las comunidades, es cosa del Estado; y creo que hemos demostrado sobradamente que la gestión que aquí se realiza tendría una sobrada rentabilidad social y económica. Además, tenemos que luchar para que Almería siga siendo lo que es, y para que existan zonas verdes es necesario tener agua”. 

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