La provincia de Almería es un referente en muchos factores. El más importante, la agricultura, donde luce un modelo al que miran con envidia la gran mayoría de países, tanto del norte como del sur, ya sea Holanda, Italia, Francia, Polonia, Turquía, Marruecos, México e, incluso, Israel, sólo por citar algunos ejemplos de diferentes continentes.

Todo lo que está directa o indirectamente relacionado con el agro, el auténtico motor de la provincia, pues genera, de una u otra forma, alrededor de un tercio del Producto Interior Bruto (PIB) provincial, produce dinero.

Incluso, los mayores sueldos de la provincia se dan en este sector. Precisamente, los comerciales de las empresas comercializadoras son un claro ejemplo de ello y las compañías se los ‘rifan’ pagándoles no solo en dinero sino también en especie (coche, tarjeta y móvil de empresa, primas por objetivos, viajes y un largo etcétera).

A pesar de ello, la estadística es fría. Tanto que hiela. Ayer se conocieron los últimos datos sobre los salarios en Andalucía, correspondientes a 2017, del Instituto de Estadística de la Junta, y Almería no sale bien parada. Se sitúa como la tercera provincia por la cola, con una cifra de 12.919 euros ¡brutos!, sólo por delante de Huelva (12.010 euros) y Jaén (11.974 euros).

El salario bruto registrado por Almería deja a las claras que se trata de una provincia de mileuristas, euro arriba, euro abajo. Se da la contradicción de que la agricultura, que contabiliza los mayores sueldos, también presenta los más bajos; los que corresponden al escalón más bajo y sin cualificar: los trabajadores del invernadero y el manipulado, aunque este último se encuadre en los servicios.