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Ecologistas de Almería muestran su preocupación a las administraciones por el uso generalizado del Glifosato

  • El uso de este herbicida en los entornos rurales y urbanos provoca la contaminación de acuíferos y masas de agua

El glisofato es habitual en jardines urbanos.

El glisofato es habitual en jardines urbanos.

El Grupo Ecologista Mediterráneo se ha dirigido a todos los ayuntamientos de la provincia y a la Diputación Provincial de Almería para exponer su preocupación por el uso generalizado del Glifosato, un herbicida con efectos negativos sobre la fauna y sobre la salud humana, sobre el que la comunidad científica internacional ha advertido con reiteración sobre los peligros que representa.

El Glifosato es una sustancia que se utiliza tanto en la agricultura como en los trabajos que ayuntamientos y otras instituciones realizan para acabar con las hierbas, labores que hacen que su presencia en el medio ambiente, en el aire que respiramos, en las aguas o en los vegetales y productos elaborados que consumimos, como el pan o la cerveza (por poner algunos ejemplos frecuentes), suponga un riesgo para la salud.

Los estudios científicos establecen una relación directa del uso de este herbicida con problemas de salud entre los que destacan su carácter cancerígeno, en especial en el cáncer de mama, efectos sobre el sistema reproductivo, cambios de conducta tanto en animales en laboratorio como en humanos, alteraciones hepáticas y renales, en algunos casos graves y hasta mortales, efectos sobre las mitocondrias, ciertas malformaciones en el nacimiento, generación de resistencias a antibióticos, reducción de micronutrientes esenciales o alteración de la microbiota intestinal que favorecería el desarrollo de microorganismos patógenos, entre otros efectos.

El problema es que a pesar de esas investigaciones y sus resultados se sigue utilizando de forma indiscriminada en Almería y en otras muchas zonas del mundo; cada año se esparcen cientos de toneladas en cultivos, vías del tren, cunetas de carreteras, parques y zonas de ocio en ciudades y pueblos, y ello pese a que organizaciones como la Unión Europea o la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), advierten de que la exposición a este tóxico por parte de los seres humanos tiene efectos carcinógenos, entre otros.

El Grupo Ecologista Mediterráneo señala también que pese a esas evidencias, y a la existencia de técnicas alternativas al uso de este producto, se sigue utilizando masivamente hasta el punto de que el Esquema Provisional de Temas Importantes de la Demarcación Hidrográfica de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas se recoge que una de las causas de que numerosas masas de agua de esta demarcación estén en mal estado es la presencia de glifosatos en proporciones superiores a lo establecido en la legislación, lo que apunta a su utilización abusiva y excesiva.

Esta situación es particularmente preocupante en una provincia con una clara vocación agrícola, unos cultivos que dependen en gran medida de unos acuíferos subterráneos que están recogiendo los aportes del glifosato por filtración desde los suelos en los que está siendo utilizado.

Por todo ello, desde el GEM se propone a ayuntamientos, Diputación, Junta de Andalucía, organizaciones  y empresas agrarias y otras instituciones y organizaciones que declaren la ‘Guerra el Glifosato’ y opten por alternativas menos agresivas y menos impactantes en el entorno, la fauna, las masas de agua o la salud humana como son los tratamientos mecánicos (que además generan mucha más mano de obra) o los métodos de lucha biológica, en ambos casos medios más baratos y que minimizan los perjuicios descritos. Se pide que, en todos los casos, dejen de utilizar este producto.

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