Finanzas

Griñán apuesta por acabar con las "ventajas ilícitas" de países subdesarrollados

  • El presidente de la Junta inaugura las nuevas instalaciones de Vicasol en las que ha invertido más de 3 millones Defiende el modelo agrícola almeriense ante la UE por basarse en I+D, seguridad alimentaria y calidad

"La unión hace la fuerza". Así de contundente culminó ayer el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, su intervención durante el acto de inauguración de las nuevas instalaciones de la cooperativa Vicasol, consistentes en una ampliación de 16.000 metros cuadrados para incrementar su productividad y competitividad en el procesado, manipulación y confección de sus frutas y hortalizas.

El acontecimiento suscitó el interés de buena parte del tejido empresarial, político y social de la provincia, pues alrededor de 800 personas se dieron cita en el kilómetro 1,4 de la Carretera de La Mojonera a Vícar para comprobar que las nuevas instalaciones ya albergan líneas de confección y manipulado, con sus correspondientes trabajadores, pues la campaña hortofrutícola 2012-2013 se encuentra en pleno apogeo.

Tras realizar un recorrido por las mismas, guiado por el presidente de Vicasol, Juan Antonio González, el máximo responsable de la Junta de Andalucía puso el broche a la visita dedicando unas palabras de aliento y apoyo hacia esta cooperativa, por su apuesta modélica por una economía sostenible, y por extensión, hacia el modelo económico de Almería, pues su salto cuantitativo y cualitativo le hace "aguantar mejor la crisis", gracias a su sector agroalimentario.

José Antonio Griñán defendió la agricultura almeriense frente al modelo de países terceros como Marruecos, aunque no nombró a ninguno, que utilizan "ventajas" competitivas "ilícitas", por lo que solicitó al Gobierno un mayor control y exigencia ante las autoridades europeas competentes para poder competir todos con "las mismas reglas" de juego. Por ello, insistió en que los países desarrollados no desean que los subdesarrollados reduzcan sus ingresos, pero sí deben exigirles que produzcan sin plaguicidas, "con mano de obra infantil", así como con mecanismos que garanticen la trazabilidad.

Para apoyar a este sector, solicitó a la Administración que se le facilite la financiación que necesite y que fluya el crédito, además de que ha de contar con las infraestructuras de comunicación y transporte necesarias: "Si se construye un eje ferroviario por el litoral no puede quedarse en Valencia", en alusión al Corredor Mediterráneo.

Griñán alabó la fórmula del cooperativismo, pero solicitó una mayor concentración de la oferta para una mejor comercialización, exportando no sólo el producto de calidad y diferenciado, sino todo el modelo: sostenibilidad económica y ambiental, la capacidad innovadora y la seguridad alimentaria, para que sea recompensado por ello ante "los gobernantes europeos", aún con la futura PAC en ciernes.

El alcalde de Vícar, Antonio Bonilla, calificó a Vicasol como una de las "señas de identidad" del municipio y aplaudió su fórmula de crecimiento sostenible, apoyada en su apuesta por el control biológico, como una de las pioneras en este campo, con la ayuda de la Junta de Andalucía.

Bonilla también defendió al campo diciendo que ha de recibir un "precio justo" en compensación por su trabajo, al no tratarse de una actividad especulativa y por ser un ejemplo de economía social.

El presidente de Vicasol, Juan Antonio González, que impuso la insignia de la empresa a Griñán, recordó las principales cifras de la cooperativa: más de 500 socios, que cultivan 1.100 hectáreas con un 100% de control biológico y una producción de 150 millones de kilos previstos para el año en curso, con una historia de 33 años.

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