La industria agroalimentaria española se ha convertido por derecho propio en un sector clave y estratégico, algo que si no estaba ya claro, ha terminado de quedar en el comportamiento comprometido y eficaz de toda su cadena durante la crisis sanitaria de la COVID-19, especialmente en el periodo de confinamiento absoluto. Unas semanas en las que los ciudadanos temían tener problemas de abastecimiento alimentario, pero fue todo lo contrario, mostrando así una gran fortaleza y generando una imagen sólida de cara a toda la sociedad.

Lo mejor del buen estado de salud del que goza esta industria es su enorme capacidad de mejora, convirtiéndose en un sector en el que se tienen depositadas muchas esperanzas de cara al nuevo horizonte de recuperación económica en el que el país ya se encuentra inmerso y que puede tener a la agroalimentación como su pilar fundamental.

Estas son solo algunas de las conclusiones que se pueden sacar de la nueva edición del ‘Observatorio del Sector Agroalimentario Español. Informe 2019’ de Cajamar, elaborado una vez más por Joaquín Maudos Villaroya, director adjunto de Investigación del IVIE/Universidad de Valencia. Esta publicación, presentada esta misma mañana por su protagonista en un acto inaugurado por el presidente de la entidad, Eduardo Baamonde, y en el que participó Fernando Miranda Sotillos, secretario general de Agricultura y Alimentación; incorpora una serie de anexos con información específica de los subsectores más relevantes del sector agroalimentario. Y entre ellos, con respecto a las ediciones anteriores con novedades para hacerlo más pulcro y revelador si cabe, como es el análisis regional, dada la heterogeneidad de un país como España y la inclusión de la comercialización y la distribución en la cadena de valor.

“La primera conclusión es que se constata la importancia socioeconómica del sector agroalimentario en España y la sociedad ahora se ha dado cuenta de ello en el periodo de confinamiento. Me emociono al recordar esa época, en la que teníamos miedo cuando salíamos de nuestras casas para encontrar los productos para alimentarnos, pero productores, logística, distribución… fueron tremendamente comprometidos con el país y con media Europa”, explicó Eduardo Baamonde, quien apuntó a la capacidad de crecimiento de un sector, como es el agroalimentario en toda su extensión, que representa el 9% del valor añadido bruto de la economía española, y el 12% del empleo. En este sentido, Fernando Miranda ensalzó un sector vigoroso, potente y que ha afrontado la internacionalización. “Se arroja que hemos hecho un esfuerzo en exportación muy notable en los últimos años, y eso indica el vigor económico del sector”.

La industria agroalimentaria tiene ante sí superar en exportaciones a sus competidores continentales directos, donde ahora mismo es la cuarta en este ranking tras Holanda, Alemania y Francia. “Hay margen para hacer producto de más valor. Ya es casi el principal sector de la actividad industrial económica, pero tiene más margen y tiene capacidad para ser el motor de la recuperación económica”.