Ya han pasado casi dos décadas desde que la cafetería Portobabel abriera sus puertas en una zona que hoy se ha convertido en el principal paradigma del crecimiento de Huércal de Almería.

Situados en Carretera de Huércal de Almería, 74; en la barriada de El Cercado, Francisco Javier Gómez y José Luis Piñero, socios de este establecimiento hostelero, han vivido en primera persona este gran crecimiento en un municipio donde han conseguido, por derecho y buen trabajo, situar a su negocio como un imprescindible para vecinos y muchos almerienses que a diario pasan por esta una de las vías más concurridas de la provincia.

“Nunca habíamos vivido una situación como ésta, ni parecida, ha sido dramático. Sin embargo, hay que ser positivo y mirar hacia adelante, porque mira, aquí estamos”, explica Gómez a Diario de Almería. Francis, como es conocido por todos, y su socio Pepe, pasaron más de dos meses cerrados a causa de la pandemia por COVID-19, un escenario inimaginable del que ahora se va viendo la luz poco a poco. Eso sí, y reconoce: “Esto en algún momento se tendrá que ir, acabará, pero lo que está claro es que nos ha cambiado la vida a todos”.

Interior de la cafetería Portobabel con las medidas de protección.

El día 14 de marzo, domingo, y viendo como transcurrían los acontecimientos en aquel momento en las horas previas, Francis y Pepe tomaron la decisión de cerrar el establecimiento. Antes, incluso, del decreto del Estado de Alarma, que llegaría al día siguiente. “Era un momento muy confuso y decidimos cerrar directamente. Era nuestra responsabilidad, la salud está por encima de cualquier negocio, y en este caso estaba en juego la de nuestros clientes, la de nuestras familias y la nuestra propia”.

No dudaron en ningún momento, pues la experiencia es un grado, y estos dos profesionales eran conscientes de que lo que estaba sucediendo iría mucho más allá. Con casi 30 años ligados al sector de la hostelería, antes con un exitoso bar de copas en las Cuatro Calles de la capital, ‘En Danza’ y que aun recordará la generación que disfrutaba de su juventud en las noches de mediados y finales de los noventa, lo primero que hicieron estos empresarios fue abordar la problemática derivada del parón que también sufrirían sus trabajadores.

No esperaron, el propio día 15 de marzo gestionaron un ERTE para sus tres empleados que fue aprobado de inmediato y que ha estado en vigor hasta el pasado día 25 de mayo, coincidiendo con la fase dos y fecha en la que Portobabel, para alegría de los huercalenses, volvía a abrir sus puertas. Eso sí, con una gran cantidad de restricciones.

Afortunadamente, el Ayuntamiento de Huércal de Almería los ayudó, al igual que otros negocios, y les concedieron una ampliación de la terraza totalmente gratuita para controlar mejor el aforo en exterior y así asegurar por completo la distancia de seguridad. “Agradecemos al alcalde, Ismael Torres, su trato con los empresarios y autónomos, además de su rápida respuesta, si no habría sido más difícil”. En este sentido, Francis Gómez reconoce que ha habido dificultades, ya que ha sido una situación muy excepcional. “Lo hemos pasado mal. Han sido dos meses parados por completo, en los que además hemos aprovechado para hacer un lavado de cara al establecimiento. Al tiempo, nos dedicamos a instalar todas las medidas de protección, tales como: pantallas, dispensadores, cartelería, eliminar elementos como cortinas…; para tener el local de lo más seguro. Hemos seguido en todo momento las indicaciones del Ministerio de Sanidad para ponernos en marcha. Cosa que continuamos haciendo y que para nosotros es la prioridad”.

Francis y Domi, en la terraza de Portobabel.

Por el momento, no han recibido inspección alguna, pero Francis asegura que sería bueno que se dejen ver en estos momentos, y que comprueben si todos los negocios hosteleros cumplen con las condiciones expuestas, “ya que nos estamos jugando mucho: la salud. Somos muchos los que hemos invertido en seguridad pese a las circunstancias, pero hay que cumplir de una u otra manera con la situación y por eso debería controlarse”.

Ahora mismo, la limitación es de un 70 % del aforo dentro y otro tanto fuera. Además, en la barra, ya en uso, se tienen que mantener los dos metros de distancia de manera individual, a no ser que sean dos personas del mismo núcleo familiar. Unas medidas que se han ido flexibilizando con el paso de las semanas, y con las que han sabido lidiar en todo momento. Y más importante aún, salvo algún despiste que ha necesitado de recordatorio hacia algún cliente, “no hemos tenido ninguna situación desagradable con nadie. Toda la clientela ha estado desde el primer momento muy concienciada, y es algo que también aprovecho para agradecérselo. Así es más sencillo”.

Ahora toca ver que pasará en los próximos meses, “esto no puede durar eternamente, pero está claro que lo mejor es ir día a día. La incertidumbre sigue ahí, y eso se nota en los clientes, que ya gastan menos. Están menos rato que antes… y es que esto es algo absolutamente normal. El palo ha sido muy duro, a prácticamente todos le ha afectado a nivel económico e igualmente nos pasa a nosotros, como empresarios, vivimos la misma situación que los clientes. Hay que esperar y lo bueno es que hay conciencia para saber cómo hay que funcionar de momento y cual es el respeto que se le debe tener a esta situación”, subraya este empresario que junto a su socio y sus trabajadores han sido capaces de poner su granito de arena para intentar volver a una cierta normalidad después de tanto tiempo.

Portobabel ha vuelto a poner en marcha sus fogones para deleitar con sus famosas tapas de brasa y pescado fresco del día. Un negocio donde los productos gourmet tienen un sitio de excepción y en el que además la amplia carta tanto de cerveza como de vino hacen de este establecimiento un rincón imperdible para los amantes de la gastronomía.