De acuerdo al análisis de la campaña hortofrutícola 2018-2019 elaborado por Cajamar (el último presentado por la entidad), los efectos de la pandemia por la COVID-19 habían ayudado a la contención de los costes para la mayoría de las partidas de gastos corrientes, respecto a la temporada anterior, si bien, el coste medio de explotación había crecido un 3,1%, debido principalmente a los gastos de mano de obra; el coste energético en cambio caía un 12%. En cuanto a la última campaña y, en concreto para el tomate, Asaja señalaba que los costes de producción para este producto se habían incrementado un 24,52% desde la campaña 2017-2018, situándose en la de 2020-2021 en los 64.776 euros por hectárea, siendo el encarecimiento de la energía (+75,76%) y de la mano de obra (+32,57%) lo que más contribuía a ello. Ahora, de cara a la nueva temporada agrícola: “Se nos presenta una campaña hortícola con muchos nubarrones en el horizonte”, dice Paqui Iglesias, secretaria general de UPA Almería.

Esta mañana, las organizaciones agrarias Asaja, Coag y UPA en la provincia se han reunido con la presidenta del Parlamento andaluz y secretaria de Relaciones Institucionales de Ciudadanos, Marta Bosquet, para tratar, entre otros, el aumento de la factura de la luz y analizar distintas propuestas, entre ellas, la utilización de energías renovables para abaratar los costes y por otro, como señala Antonio Moreno, secretario de Organización de Coag Almería, una tarifa eléctrica especial para el sector agrícola para atajar el problema a corto plazo.

Marta Bosquet avanza una próxima convocatoria de ayudas por parte de la Junta de Andalucía en apoyo a las energías renovables en las explotaciones agrícolas, que podrían cubrir hasta el 70% de la inversión. Además, recuerda que su partido ya presentó en enero una proposición no de ley para que se redujera el IVA de la luz, algo que no sucedía hasta junio y de manera provisional, “ahora hemos llevado a cabo otra iniciativa para su rebaja atendiendo a la fiscalidad y también hemos propuesto crear una comisión de expertos e inversión en energías alternativas”.

El impacto que ha tenido la subida eléctrica en el campo almeriense, como en todos los ámbitos, ha sido elevado. Un ejemplo claro lo expone Iglesias que habla de un gasto triplicado: “En el caso de la ganadería estamos viendo que, sobre todo, en las naves avícolas y de porcino, que más demandan energía, al igual que el caprino de leche, con su maquinaria de ordeño y termo, el coste se ha disparado. Un mismo ganadero con igual explotación antes pagaba 471 euros al mes en electricidad y ahora 1.550 euros”. Si bien en los invernaderos todavía no se ha cuantificado por parte de las organizaciones, pues la campaña está arrancando, sí pronostican que el impacto será grande, porque todos los agricultores demandan energía sobre todo para el riego. Bosquet si desliza una previsión: “Están empezando con su actual campaña agrícola, pero ya manejan cifras alarmantes. Actualmente, soportan un incremento del 30% en su producción debido al coste energético. Estas cifras podrían aumentar al 50 por ciento”. 

Los agricultores miran al sol como solución. Por ello, recibían bien el anuncio de Bosquet así como plantean que los grandes proyectos de agua, relacionados con desalación y depuración, en los que hay alta demanda energética vayan acompañados de un proyecto de energía renovable para autoconsumo para que no suba el precio del agua, que también se verá afectado por el de la luz.

Antonio Navarro, presidente de Asaja Almería, añade el encarecimiento de los combustibles que afectan a otros insumos como el plástico.