PROVINCIA DE ALMERÍA

Adra, la ciudad que atrapa desde la vista al paladar

  • Su extenso patrimonio histórico-cultural, su entorno y su potencial gastronómico convierten a este municipio en un atractivo sin límite

Adra posee una franja litoral de casi 14 kilómetros que incluye playas urbanas y calas en estado virgen.

Adra posee una franja litoral de casi 14 kilómetros que incluye playas urbanas y calas en estado virgen. / (Adra)

Un extenso litoral que, con casi 14 kilómetros de playas, ofrece a los visitantes desde playas urbanas con multitud de servicios, hasta calas recónditas y naturales para disfrutar de la tranquilidad y un entorno inigualable lleno de luz. Eso es solo un aperitivo de los que ofrece el municipio costero de Adra, en la provincia de Almería, que se ha convertido en los últimos años en uno de los mayores reclamos turísticos almeriense por su belleza paisajística, su cultura y su tradición en un contexto inigualable y marcado por la belleza de una tierra bañada por el Mediterráneo.

Situada en la zona más occidental de la provincia de Almería, colindando con la provincia de Granada y su Costa Tropical, está enclavada en las estribaciones del sureste de Sierra Nevada y tiene tras de sí más de 3.000 años de historia, siendo el municipio más antiguo de la provincia de Almería y por tanto con una tradición cultural que no tiene parangón.

A día de hoy, el desarrollo de Adra está estrechamente vinculado al turismo sostenible y de calidad a partir de la revalorización del extenso patrimonio histórico-cultural, el entorno natural y el potencial gastronómico que atesora esta ciudad y todo su término municipal.

Adra es historia. Recorrer sus principales arterias te sumerge en un pasado milenario, gracias en gran medida a la labor desarrollada estos años por parte de su Ayuntamiento, que ha sido capaz de poner en valor sus principales vestigios, para que no solo quede la tradición en la memoria, sino para que se sienta muy viva.

Lonja de Adra. Lonja de Adra.

Lonja de Adra.

Para algunos historiadores, Abdera (Adra) es una fundación fenicia, apagada por los Tartesos y reavivada por los griegos, cartagineses y romanos. Los restos arqueológicos encontrados en las excavaciones llevadas a cabo en el Cerro de Montecristo, enclave donde se asentó Abdera, revelan, además, un pasado púnico a partir del siglo IV a.C., si bien anteriormente pudo ser colonia griega como sugiere su nombre.Avanzando en la línea temporal, desde la segunda mitad del siglo XVI, Adra desempeñó un papel importante en la economía de la comarca como vía de exportación e importación de productos a través de su puerto; pero será la caña de azúcar, su cultivo (desde 1577) y posterior transformación en otros productos, lo que supondrá el principal motor de la economía abderitana hasta mediados del siglo XX.

Hoy día es el sector agrícola, bajo el denominado ‘Modelo Almería’ de agricultura intensiva o bajo plástico, la base económica principal del municipio. Pero no la única, ya que desde el punto de vista turístico, esta ciudad sigue creciendo a pasos agigantados vinculado el desarrollo a la “calidad” gracias a la valorización de su inmenso Patrimonio Histórico, Natural... y también gastronómico; convirtiéndose este último, sin duda, en uno de los grandes atractivos de Adra por la forma de saber proyectar una cocina muy extensa fruto del histórico paso de diferentes pueblos por sus tierras.

La calidad de los productos, unida a la forma tradicional de cocinarlos que perduran en las cocinas de la ciudad, confieren a la gastronomía abderitana una diversidad e intensidad de sabores apreciados por los paladares más exigentes. A la vez, su amplia variedad de productos, gracias a contar con huerta y mar, inspira a dar rienda suelta a la imaginación y crear nuevos platos con marca propia y origen autóctono. Además, también tienen un papel relevante dentro de la gastronomía los vinos de la tierra, que cuenta con varias bodegas. En definitiva, en lo que a la cocina se refiere, Adra posee elementos más que suficientes para hacer de su gastronomía un referente no solo andaluz, sino nacional.

Y mirando hacia su paisaje, hay que poner de especial relevancia sus playas. Lo mejor de ella es que se trata de una línea de costa casi virgen, ofreciendo a las personas que las visitan una experiencia difícil de olvidar, en plena conexión con la inmensidad del mar y la naturaleza. Este es uno de los principales valores que ofrece Adra y que la diferencian como destino. Entre ellas existen calas naturales, idóneas para practicar submarinismo o pescar.

Y como ciudad respetuosa con los animales, cuenta además con un tramo de playa destinado en exclusiva para disfrutar de la experiencia del baño junto a las mascotas. Se trata de la segunda playa canina de Andalucía con permisos de uso durante todo el ejercicio.

Cala en Guainos. Cala en Guainos.

Cala en Guainos. / (Adra)

Las playas urbanas están perfectamente equipadas, dotadas de puntos accesibles para personas con diversidad funcional, y distinguidas con cuatro Q de Calidad Turística y cuatro Banderas Azules. A ellas se suman tres playas semiurbanas, localizadas en las barriadas de La Alcazaba, Guainos Bajos y El Lance de la Virgen.

En tierra firme, pero sin perder de vista el mar, Adra cuenta con importantes reclamos para atraer al turismo activo, vinculado este al deporte. El término municipal tiene senderos naturales que discurren por su interior. Un ejemplo son las Estrechuras de Guainos, donde se sitúa uno de los senderos más llamativos. También cuenta con uno de los humedales más importantes de la provincia, Las Albuferas, o el cauce del Rio Adra, donde habitan especies protegidas que se estudian a nivel internacional.

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