Elecciones

Un cara a cara poco convincente

  • Los cordobeses siguieron el segundo enfrentamiento televisado entre Zapatero y Rajoy entre la expectación por conocer nuevas propuestas y el aburrimiento que supuso su desarrollo

Los párpados de Carmen Rosales empezaron a caer irremediablemente cuando Rajoy y Zapatero se enredaron en aclarar cuál había sido la primera pregunta parlamentaria del líder del PP. "No me interesa en absoluto la política cuando se tiran la piedra a su propio tejado o se ofuscan con cuestiones ridículas, así que no duré ni diez minutos", confesaba ayer esta administrativa cordobesa. Carmen Rosales no pudo vencerle la batalla al sueño y en el sofá, en plena duermevela, escuchó "algo" de la guerra de Iraq, "reproches" por la postura del Partido Popular sobre el terrorismo y "poco más". Ese fue el resumen del cara a cara entre los dos líderes políticos para algunos ciudadanos, casi dos horas de "monólogos cruzados y obcecados" sin ninguna conclusión clara ni propuestas para afrontar el futuro, en palabras de Juan Pedrós, un empresario de Santa Rosa.

Todo estuvo tan sumamente medido y milimetrado que ni el golpe de efecto del presidente del Gobierno al sacar su libro blanco ni la corbata de la suerte de Rajoy consiguieron inclinar la balanza hacia un vencedor claro. Ni Rajoy ni Zapatero convencieron a los indecisos con sus gráficos, sus tablas de datos y su verborrea martilleante sobre el modelo de España y la negociación con la banda terrorista ETA.

"Fue más de lo mismo, nada que no se hubiera escuchado en el anterior debate o durante la campaña", se quejó Javier Hueso, un comercial que, a pesar de esta aserción, tiene "claro" a quién votará el próximo domingo. "Doy por ganador del debate a Rajoy pero, si fuese objetivo, esta afirmación realmente es muy discutible", reconoció. Hueso se mostró "bastante crítico con la opinión que Rajoy tiene sobre muchos asuntos". "Como oposición, podría haber aportado muchísimo más en temas como la educación, la sanidad o la inmigración, pero en estos cuatro años no lo ha hecho", reconoció este simpatizante de los populares.

Aurora Rey se posiciona en el extremo opuesto, a la izquierda del PSOE: "Soy partidaria del Partido Comunista, así que ni siquiera me acordé del debate", confesaba con sorna. Haciendo zapping, esta cordobesa se encontró de frente con la mirada de Rajoy y no tardó un segundo en reaccionar: "Cambié de canal". "Rajoy dice una cantidad de barbaridades que no hay por dónde cogerlas y Zapatero tiene que tragarse todos estos marrones. Pero que los asuma, que por algo es presidente del Gobierno", concluyó entre risas. Con todo, Rey le dará su apoyo a los socialistas: "El Partido Comunista no tiene ninguna posibilidad en las elecciones generales, así que no voy a tirar el voto", dijo.

Otros ciudadanos sí vieron vencedores y vencidos. "Zapatero estuvo mucho mejor. Supo exponer sus ideas con claridad y hacer propuestas para que las cosas mejoren en el futuro. Rajoy fue por detrás en todo momento, replicando, pero aportando muy poco. Rajoy no tiene actitud para ser presidente del Gobierno", concluyó Manuel Jesús Jiménez, un estudiante de ciclo superior de Formación Profesional. A Demetrio Martínez, un ciudadano madrileño que ayer estaba de visita en Córdoba, también le pareció "mejor" el candidato del Partido Socialista: "Estuvo más acertado. Hizo propuestas sociales como el aumento de la pensión para las viudas y le tendió la mano a Rajoy para llegar a un acuerdo sobre terrorismo sin poner condiciones en caso de que el PP gane las elecciones", argumentó.

Para muchos otros ciudadanos, el claro vencedor fue el actual líder de la oposición. Esa fue la opinión, por ejemplo, de Encarnación Aguilar, una vecina de Santa Rosa que se confesó "votante del PP": "De Zapatero no me gusta nada, pero es cierto que Rajoy no supo estar a la altura en algunas réplicas", dijo. A Antonio Gómez, un técnico del barrio del Guadalquivir, también le convenció más el discurso de Rajoy: "Es cierto que fue insistente, pero a veces es necesaria esta actitud para llegar a la opinión pública. Estuvo muy bien en inmigración, en terrorismo y al hablar de la estructura de España", sostuvo.

Hay temas que no estuvieron en el debate y que "también interesan a la población", como la relación entre la Iglesia y el Estado o las reformas de la Universidad, lamentó una estudiante de Veterinaria, Almudena López, que también echó en falta un "discurso coherente" sobre cultura o medio ambiente. Sin embargo, a Diego Herrera, un funcionario jubilado de Cádiz, le gustó la comparecencia de los dos rivales. Rajoy, no obstante, supo "sacar ventaja", mantuvo. "Es el que más se ajustó a los problemas que tiene la gente y lleva razón cuando dice que la Alianza de Civilizaciones y el diálogo con ETA no llevan a ninguna parte. Este país no va bien encauzado, porque sólo existe una nación, la española", argumentó. Con todo, concluyó: "Es bueno que se organicen estos debates, porque es la única forma de conocer a los políticos".

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