De Isabel Lobo a Beatriz. De llevar corsé para trabajar en una serie de época como Tierra de lobos, a interpretar en vaqueros a la dueña del bar de una emisora de radio. Adriana Torrebejano acaba de desembarcar en la serie de las sobremesas de Cuatro, Ciega a citas. Su personaje, Beatriz, es una anestesista en paro reconvertida a hostelera. "Una chica con mucha fuerza, simpática y natural", como la define la propia Adriana. Mucho que ver, desde luego, con la propia actriz quien, a sus 22 años, se caracteriza por su espontaneidad y por su cercanía. También por su belleza, con un rostro expresivo y sincero que no deja a nadie indiferente.

-¿Se identifica con su personaje de Beatriz en 'Ciega a citas'?

-Sí, en parte. En lo de ser natural, muy activa y querer exprimir la vida al máximo, totalmente, puedo decir que soy como ella. Aunque Beatriz a veces se pasa. Yo necesito sentarme a veces un poco (risas). Ella no para quieta. Yo, personalmente, también necesito mis momentos de tranquilidad; de coger un libro y sentarme a leer tranquilamente. O de tomar un café con los amigos, o reunirme con la familia. Hay que disfrutar también de esos momentos para luego estar a tope en el trabajo, y en la vida en general.

-Ha pasado de hacer una serie semanal como 'Tierra de lobos' a una diaria. ¿Implica esto muchos cambios en su forma de afrontar el trabajo?

-Sí, hay aspectos diferentes. Por ejemplo, ahora tengo que emplear muchas más horas de estudio cuando me preparo, porque los guiones se acumulan. El ritmo de trabajo, de rodaje, es más rápido, incluso frenético. Pero a todo se adapta una. De todas formas, no es la primera serie diaria que hago. Ya hice otra antes y en esa anterior (Fuera de lugar, en 2008) hacía de la hija de la protagonista, por lo que tenía más secuencias.

-Además, 'Tierra de lobos' era una ficción de época, con una ambientación y un vestuario mucho más pomposo. Ahora interpretará al menos más cómoda al desprenderse del corsé, ¿no?

-Uuuuf, desde luego (risas). Dejar de llevar corsé ante las cámaras ha sido una liberación en todos los sentidos, ja, ja, ja. Se agradece mucho hacer una serie contemporánea, y no sólo por el vestuario. Tierra de lobos era más dramática, más rígida. También se dedicaba más tiempo a los planos... Ahora, con una comedia, he de reconocer que es más divertido, me río mucho. ¡Y todo va súper rápido!

-También es un personaje diferente, un cambio de registro, ¿no? A una actriz joven como usted le gustará enfrentarse a estos retos, ¿verdad?

-Claro, por supuesto. Cambiar siempre está bien. Un actor siempre tiene que estar dispuesto a enfrentarse a cosas nuevas. Nuestro trabajo es así. Yo cada día doy gracias de tener trabajo, de que me ofrezcan hacer cosas tan interesantes.

-Lo compagina, además, con el teatro (la obra 'La vida resuelta' se escenifica hasta el día 23 en el Teatro Infanta Sofía de Madrid). ¿Cómo lo lleva? ¿Compaginar ambos trabajos, teatro y televisión?

-Muy bien. La cuestión es organizarse. Estaría triste si estuviera en casa y sin trabajo. Pero, teniendo trabajo, no puedo quejarme. Trabajar es lo que más me gusta.

-Pero tanto trabajo ¿le deja tiempo para su chico, su familia y para usted misma?

-Sí, todo tiene su momento. Es cierto que en cuanto tengo un ratito me gusta estar con mi gente. También me gusta escaparme al gimnasio y desconectar. Me pongo mi música y estoy conmigo misma. Es un momento sólo para mí.

-¿Es usted presumida?, ¿le gusta cuidarse?

-Hombre, presumida no. Pero me gusta cuidarme para sentirme bien conmigo misma. No sólo físicamente, el deporte también es bueno para la mente. Por mi trabajo, con tanto maquillaje, he de cuidarme mucho la piel también; por eso me pongo mucha hidratante en casa. Me gusta verme bien, por dentro y por fuera. Pero más allá no se puede decir que sea presumida. ¡Me gusta demasiado comer! (risas)