Descalzos y con guirnaldas de colores, los príncipes Enrique y Meghan participaron ayer en la popular Bondi Beach de Sydney, una fiesta organizada por una entidad que ayuda a personas con problemas mentales, en el marco de su viaje oficial por el Pacífico.
Con un telón de fondo de surferos tomando olas, la joven pareja real, que espera su primer hijo para la próxima primavera, participó en la sesión Fluoro Friday que organiza el grupo One Wave (Una ola), en la que la gente se viste de llamativos colores y acude a compartir experiencias sobre problemas de salud mental. La entidad, que anima a las personas a entrar en el océano, surfear y hablar sobre depresión y ansiedad, regaló una tabla de surf a la pareja real británica.
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