Meghan Markle ya no puede ocultar su embarazo. Los duques de Sussex asistieron a un oficio religioso en Chelsea por un amigo fallecido de Enrique y de la familia Middleton y, a la salida, la esposa del príncipe Enrique lucía una tripita que evidencia ya sus cinco o seis meses de gestación. El bebé nacerá el próximo marzo o abril y aún no se ha hecho público si es niño o niña.

Pese al embarazo de Meghan, los duques de Sussex siguen con su imparable agenda de actos públicos. El martes la pareja acudió a una misa en memoria de un amigo del príncipe Enrique que murió en un accidente de coche con 18 años. Un acto de lo más emotivo en el que el duque de Sussex estuvo acompañado por su mujer y que hizo que no pudieran asistir a la fabulosa gala en honor al cuerpo diplomático, que cada año organiza la reina Isabel II y en la que sí que estuvieron los duques de Cambridge, el príncipe Carlos, la duquesa de Cornualles y la anfitriona. Además, en este servicio religioso también se vio a parte de la familia Middleton. Pippa llegó junto a su marido, James Mathews, y su hermano James, y sus padres, Michael y Carole Middleton, también quisieron estar en la iglesia de San Lucas de Chelsea (Londres) donde tuvo lugar la eucaristía.

Los duques de Sussex llegaron al templo en coche y accedieron por una puerta trasera del edificio. También se pudo apreciar que Meghan lucía un lersey fino de color azul y un abrigo del mismo color, así como el pelo recogido en su característico moño bajo. Algunos medios apuntan que era un vestido premamá de Seraphine, una marca a la que la duquesa de Cambridge ha recurrido en sus embarazos y con el que se aprecia claramente sus nuevas curvas.